El rey belga, Alberto II, encomendó ayer al primer ministro en funciones de Bélgica, Guy Verhofstadt, que realice un análisis de la situación que ha provocado la renuncia del que estaba llamado a sucederle, Yves Leterme, a seguir intentando formar Gobierno, para salir «del impasse actual», según informó el palacio del rey.

El monarca recibió ayer a Verhofstadt para pedirle que le informe «de la manera de salir del impasse actual» y que «emprenda todos los contactos necesarios a tal efecto».

Esta es la opción con la que el monarca intenta dar salida al agravamiento de la crisis política que vive el Estado belga, donde liberales y democristianos flamencos y valones se han mostrado incapaces de llegar a un acuerdo para formar una coalición de Gobierno.

El sábado pasado, 174 días después de las elecciones federales del 10 de junio, el ganador, previsible futuro primer ministro y director de los contactos, Leterme, presentó su dimisión después de que uno de sus interlocutores en las negociaciones, la independentista Nueva Alianza Flamenca (N-VA), le retirara su apoyo en protesta por la posibilidad de autorizar la devolución de algunas competencias al Estado federal a cambio de que los valones aceptaran la transferencia de competencias en materia fiscal y de seguridad social a los Gobiernos regionales.

En los últimos días, la prensa local apuntaba otras alternativas, como que Leterme buscase otros socios de negociación en Flandes, entre socialistas o ecologistas, o la creación de un Gobierno de Unidad Nacional con todas las fuerzas democráticas hasta las elecciones de 2009. Esta idea es la que defendía el Partido Socialista valón.