El líder chií iraquí Moqtada Al Sadr denunció ayer «la odiosa ocupación estadounidense en Irak» y exigió la salida del «ejército de los infieles», a la vez que criticó la actitud del Gobierno iraquí. «Me dirijo al gran Satán Bush: Váyase de nuestro país», clamó Moqtada al Sadr en un comunicado difundido en la ciudad de Nayaf, a 160 kilómetros al sur de Bagdad.

«No necesitamos vuestro ejército de sombras ni vuestra seudo libertad», afirmó el líder chií denunciando una vez más «la ocupación del ejército de los infieles». Esta declaración tuvo lugar una semana después de la firma de un acuerdo entre el presidente estadounidense George W. Bush y el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, para establecer el marco de la presencia militar de EEUU en Irak después de 2008.

Al Sadr siempre se ha manifestado opuesto a la ocupación y ha exigido un calendario de retirada. Ha hecho salir del Gobierno a sus ministros y sus diputados han retirado su apoyo al primer ministro Maliki, al que acusan de hacer el juego a Estados Unidos.

Críticas al Consejo Islámico

En su comunicado, Moqtada Al Sadr criticó también al actitud de Dawa, el partido de Maliki, y del Consejo Supremo Islámico en Irak, al que acusa de la opresión que sufren los sadristas.

«Hermanos de Dawa y de Badr (la milicia armada del Consejo), pedid al ocupante que se vaya. Parlamento iraquí, Gobierno iraquí, ¿dónde está vuestra lengua?», subrayó Moqtada Sadr. «Esta opresión que viene de nuestros hermanos es peor que la del ocupante», denunció.

El movimiento de Sadr y el Consejo se hallan envueltos en una violenta lucha pro el control de la comunidad chií.

Finalmente, Moqtada Sadr agradeció a los miembros de su milicia, la armada de Mahdi, «haber obedecido y estar conformes» con la tregua que ordenó el pasado mes de setiembre y que incluía el cese de los ataques al Ejército estadounidense.

Por otro lado, los partidos kurdos y árabes de la región de Kirkuk, al norte, han acordado una fórmula sobre la división del poder en esta zona rica en petróleo, que podría abrir la vía a un referéndum sobre la situación de la región kurda. El tercer componente étnico de la región, los turcómanos, dijeron no haber aprobado este acuerdo.

Las funciones se distribuirán también hasta un máximo de 32% entre los kurdos, los árabes y los turcos. El 4% restante se asignará a las minorías, como los caldeos y los armenios.