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Encarcelamiento masivo por el sumario 18/98

Tres días sin conocer de forma oficial las condenas del 18/98

La indignación de la defensa de los imputados del sumario 18/98 aumentó aún más tras el paso de ayer de los primeros detenidos por la Audiencia Nacional para confirmar su situación. Los abogados seguían sin conocer para entonces cuál era el contenido de los autos de detención utilizados el viernes. Pasadas las 23.00, cuando habían transcurrido más de 85 horas desde el inicio de la redada, por fin pudieron acceder a él. La vistilla se suspendió y continuará hoy.

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Gari MUJIKA | DONOSTIA

La sala de la Audiencia Nacional, que a partir de las 17.30 de ayer acogió la vistilla en la que se iba a «regularizar» la situación de prisión de los condenados por el sumario del 18/98, fue escenario de nuevas vulneraciones procesales, tal y como denunciaron los letrados de la defensa de forma reiterada ante la magistrada Angela Murillo. Una vistilla en la que sólo participaron 16 de los 27 encausados que estaba previsto que comparecieran, y que finalmente quedó suspendida ante la exigencia de la defensa de contar con el auto que emitieron el viernes y por el que se practicaron las detenciones.

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional española, Javier Zaragoza, pidió en esa vista prisión provisional comunicada y sin fianza hasta cumplir la mitad de la condena -técnicamente debe ser provisional hasta que la sentencia sea firme, es decir hasta que sea el Tribunal Supremo el que fije el fallo final- para quince de los dieciséis procesados del sumario 18/98 que pasaron ayer ante la sala. La excepción recae en Xabier Otero, para el que la Fiscalía planteó libertad provisional previo pago de 60.000 euros, entrega del pasaporte, comparecencias periódicas en el Juzgado y prohibición de salir del Estado español.

Comparecencias sin el auto

La letrada Jone Goirizelaia relató a GARA cómo se llevó a cabo la vistilla. Una sesión que, de entrada, comenzó sin la presencia de la defensa y con la comparecencia de Txema Matanzas con un abogado de oficio.

Inmediatamente después de la llegada de los abogados de la defensa, que tuvieron que desplazarse desde Euskal Herria, la comparecencia de Matanzas quedó en suspenso y volvió a arrancar el trámite jurídico.

De entrada, la magistrada Angela Murillo rechazó la petición de entregar el auto dictado por la sala el viernes pasado y por el que se ordenaba la detención de 46 procesados. Un auto que, según Goirizelaia en referencia a las declaraciones realizadas por la Fiscalía, llevan consigo las condenas impuestas por la Audiencia Nacional a todos los encausados. Por ello, resaltan que conocerlo es fundamental para llevar a cabo la defensa jurídica.

Los letrados de los imputados del sumario 18/98, ante las reiteradas negativas de los magistrados para facilitar el auto -argumentaban que ya había sido enviado, extremo que la defensa negó una y otra vez, y confirmó a través de su procurador-, realizaron un alegato de denuncia por las irregularidades y faltas de garantías procesales que inundaron la vistilla de ayer.

La imposibilidad efectiva de ejercer una defensa sin el auto de detención, la irregularidad de celebrar la vistilla pasadas las 72 horas a las que obliga la legislación española o la forzada obligación de realizar comparecencias individualizadas fueron algunos de los aspectos que se pusieron sobre la mesa.

Plante de los imputados de Ekin

Además del enfrentamiento entre los letrados y los magistrados, el enfado de los jueces aumentó con el plante que lleva- ron a cabo los encausados de la pieza Ekin.

Imanol Iparragirre, Patxi Gundin, Txema Matanzas, Rubén Nieto, Ana Lizarralde, Olatz Egiguren, Paul Asensio, Xabier Balanzategi e Iker Casanova -que fueron los enviados a la vistilla de ayer en este bloque- se negaron a responder a las interpelaciones del tribunal y de la Fiscalía, y tampoco se levantaron de su asiento cuando se lo ordenaron, lo que enfureció a los magistrados.

Y como colofón final, cuando los letrados Iñigo Iruin y Alvaro Reizabal tomaron la palabra para ejercer la defensa de Isidro Murga, Xabier Otero y Jexus Mari Zalakain -los primeros en comparecer fueron Juan Pablo Diéguez, José García Mijangos, Andoni Díaz y Txente Askasibar-, la sala decidió la suspensión de la vistilla hasta las 16.30 de hoy. El aplazamiento fue forzado por la nueva denuncia que realizaron los letrados vascos, ante la imposibilidad de ejercer como tales sin disponer el auto de detención.

Los magistrados optaron finalmente, y ante la insistencia de la defensa, por facilitar el auto que emitió la sala el viernes pasado. La defensa lo tuvo en sus manos alrededor de las 23.00, una vez consumadas las comparecencias de ayer. Para entonces ya habían pasado más de 80 horas desde el inicio de las detenciones.

Eskubideak bermatu ezik, «haustura» da nahitaezko ondorioa

Azken egunotan eta orduotan egin diren atxiloketa masiboak direla-eta, Askatasunaren iritziz agerian geratu da «de facto, euskal herritarren eskubide zibilak eta politikoak, modu ofizial batean, ezbaian jartzen direla». Hala, adierazi duenez, herritarron eskubideak bermatuko dituenik ez dago, erakundeek eginkizun hori bete beharrean ezintasuna agertzen dutelako. Julen Larrinaga bozeramailearen irudiko, beraz, «Euskal Herriak Estatu espainolarekiko haustura demokratikoa bultzatu behar du». «Euskal erakundeek ezin badiete aurre egin herritarren eskubideen aurkako erasoei, baina gizartearen aurrean legitimotasuna eduki nahi badute, Estatu espainolarekin dituzten harremanak izoztu beharko lituzkete», gaineratu zuen.

«Euskal gizarteko zati handi bati jada eskubideak bertan behera utzi dizkiote, bozkatzeko, mobilizatzeko eta elkartzeko eskubideen murrizketa ezarri baitzaie», gaineratu zuen errepresioaren aurkako taldeak. GARA

GARZÓN ya lo sabía

«El País» publicó ayer una entrevista con el instructor, Baltasar Garzón. Aunque fue hecha al parecer el jueves, antes de iniciarse la redada, el juez exponía ya que habría sentencia condenatoria («parece evidente») y que sus tesis serían ratificadas.

El domingo hasta Madrid, para quedarse sin visita

Varios familiares de los detenidos por el 18/98 fueron el domingo hasta la madrileña cárcel de Soto del Real, con la seguridad de que se encontraban allí y para llevar a cabo la visita a que tenían derecho. No obstante, casi todos tuvieron que quedarse sin verlos. Algunos fueron dispersados «delante de nuestras narices».      G.M.

RED POR EL DIÁLOGO

La Red por las Libertades y el Diálogo se ha sumado a las denuncias de la sentencia. Considera que con este fallo «la Audiencia Nacional confirma su carácter de tribunal de excepción» y tilda el volumen de penas de «inadmisible».

«Creo que estáis confundidos; José Luis Elkoro es mi padre»

Policía española y Guardia Civil detuvieron al grueso de los encausados en dos días. Dos días en los que, al contrario de los operativos recientes contra varios jóvenes en Gasteiz, luego en Getxo y Donostia, y por último en Burlata, se han cuidado muy mucho de evitar que las imágenes trascendieran a los medios. Esto ha hecho que no hayan salido a la luz episodios que continúan el despropósito de todo este macrproceso. El último fue el padecido por Iñigo Elkoro que, después de que varios policías lo identificaron en el garaje del hotel donostiarra donde comparecieron ante la prensa el sábado, el domingo, al término de la manifestación de Bilbo, era detenido por la Policía española, y liberado un poco después.

Según relató ayer a GARA, tres agentes de paisano se introdujeron en el bar donde se encontraba, y tras enseñarle la placa le espetaron un «Venga Iñigo, vámonos». «¿Por qué?», respondió Elkoro. «Ya sabes tú por qué», fue la respuesta.

Fuera les esperaban diez policías más. Le introdujeron en un vehículo y con sorna le preguntaron a ver si no se esperaba la detención. «Pues, no. Además ayer mismo me identificásteis. Creo que os estáis confundiendo», les respondió Elkoro. «Pero tú no eres José Luis?», le preguntaron por primera vez. «No, es mi padre» A los pocos segundos Iñigo Elkoro descendía del coche: «Sois la ostia, estáis toda la vida detrás nuestro, para esto...»

El sábado, la Policía detuvo en Donostia a otro procesado sin percatarse de que le acompañaban dos personas que también tenían orden de arresto, y a las que había reclamado horas antes en el mismo lugar. Y había tres demandas contra condenados... que estaban ya presos.        Gari MUJIKA

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