La Habana se convierte durante diez días en la capital del nuevo cine latinoamericano
Desde ayer y hasta el 14 de diciembre La Habana se convierte en la capital indiscutible del cine latinoamericano, que parece gozar de excelente salud y muestra una extensa cantidad de producciones audiovisuales.
Mati ETXEBARRIA | LA HABANA
Rindiendo un expreso homenaje al Festival celebrado en 1967 en Viña del Mar, Chile, que se considera el antecedente directo del denominado Nuevo Cine Latinoamericano, en la cita habanera concursarán 20 largometrajes de ficción y 22 cortometrajes, además de 24 operas primas de ocho países. Completan las secciones oficiales 28 documentales en competencia así como 27 materiales animados, un premio de guiones inéditos y una exposición de carteles cinematográficos.
Si las cifras de producciones en concurso son ya de por sí significativas para el sub-continente lo que realmente llama la atención es que paralelamente el festival se convertirá en el marco adecuado para acceder a una panorámica muy abarcadora de un cine de calidad poco divulgado por las grandes cadenas de distribución, y en ese sentido el programa resulta impresionante. Amplias muestras de lo último del cine británico, canadiense, alemán, español, italiano, noruego y suizo, producciones experimentales de diversos orígenes, una amplísima cantidad de documentales y varias retrospectivas y homenajes a destacadas figuras de cine avalan con creces la vocación internacional y global de este encuentro, que durante casi tres décadas y en medio de contingencias políticas de todo tipo ha sabido mantenerse como faro y referencia para un cine pensado desde América Latina.
Cambios políticos
A tenor con los cambios políticos y sociales que se están produciendo en el área el festival acogerá también diversos encuentros teóricos y de investigación del que se deben destacar el de América Latina: realidad y/o utopía, para «construir una reflexión sobre la realidad política que le sirve de marco a la producción del cine» al decir de los organizadores, así mismo serán significativos el encuentro Latinos+Latinos, sobre la creciente presencia del cine y la cultura latina en los propios EE.UU, y el Foro Internacional sobre la Niñez y su Universo Audiovisual, en lo que viene siendo ya una apuesta tradicional por prestar la debida atención al cine para los más pequeños.
Al encuentro habanero no acudirán rutilantes estrellas de Hollywood, para no ser políticamente incorrectos y porque los intereses comerciales no son los que priman, pero no faltarán conocidos actores, actrices, directores y personalidades del mundo cultural latinoamericano y de parte de Europa, que han tomado desde hace años este festival como un momento propicio para compartir inquietudes, experiencias y proyectos, y para darle el brillo que merece esta cita obligada de otro cine posible.
Lo que no cabe duda es que estos diez días La Habana, y por extensión las principales ciudades cubanas donde se proyectan en paralelo una parte importante de lo que se presenta, se convertirán en un verdadero festival humano, con miles y miles de personas pululando de sala en sala, haciendo colas en las entradas de los cines para ver algo que les recomendaron y cubriendo el paisaje urbano, desde primeras horas de la mañana hasta bien entrada la madrugada, de esa pasión por disfrutar una buena película en sala grande y bien acompañados (a precios asequibles) que ya casi hemos olvidado.