Miembros de la Comisión de Cultura del Parlamento de Gasteiz, acompañados por la diputada foral de Cultura, María Jesús Aranburu, y el alcalde de Deba, Jesús Mari Agirrezabala, visitaron ayer Praileaitz.

La presidenta de la Comisión, Onintza Lasa, se había comprometido el pasado 21 de noviembre a organizar la visita, haciendo suya una propuesta del secretario general de la sociedad Aranzadi, Juantxo Agirre.

Éste, paradójicamente, no pudo ayer acceder ni a la cantera de Sasiola ni a la ladera en la que se abre la cueva del chamán paleolítico, porque su presencia fue expresamente vetada por Hormigones Zeleta, la empresa del grupo Amenabar que explota el monte. Agirre tuvo que quedarse, pues, en la verja de entrada, junto a un grupo de periodistas y fotógrafos que tampoco recibieron autorización ni siquiera para internarse en la senda que conduce a la boca de la cueva.

Interpelada al respecto por GARA, Onintza Lasa, que había solicitado las autorizaciones, incluida la de Agirre, prefirió no entrar en valoraciones, pero era evidente que el veto había sido una sorpresa que no le había gustado nada.

En la visita, de cerca de dos horas y media de duración, participaron, además de Lasa (EA), Leire Corrales y Luke Uribetxeberria (PNV), Itziar Basterrika y Ane Auzmendi (EHAK) y Carmelo Barrio (PP). Isabel Celaá (PSE) y Aintzane Ezenarro (Aralar) no asistieron por fuerza mayor.

La visita estuvo dividida en dos partes, la de la cantera y la de la ladera en la que se abre la cueva del chamán. En la primera, los parlamentarios pudieron escuchar los razonamientos de los representantes de la empresa explotadora. También los expresados por el delegado sindical de ELA Juan Mari Urbieta, quien, a través de una nota, hizo una «defensa plena de la actividad de la cantera». Asimismo, acusó a Aranzadi y, particularmente, al director de la excavación arqueológica, Xabier Peñalver, de «cambiar de opinión» y utilizar «argumentos falsos», y a los partidos que han abogado por la conservación de la cueva y su entorno, de «demagogia». La segunda parte de la visita se centró en la ladera en la que se abre la cueva. Estuvo dirigida por Xabier Peñalver y no faltó algún momento de tensión, cuando los representantes de la cantera intentaron interrumpir sus explicaciones.

El día 14, en el Parlamento

A pesar de los vetos y las tensiones, la visita fue valorada como «positiva» por parte de Onintza Lasa. «Positiva porque, por una parte, los parlamentarios hemos tenido ocasión de conocer el problema in situ y, por otra, porque hemos podido completar nuestra opinión con los argumentos de todas las partes. Y esto es muy importante de cara al pleno que celebraremos la semana que viene», declaró. Y es que el Parlamento de Gasteiz debatirá el día 14 sobre una proposición no de ley suscrita por PSE, EHAK y Aralar para instar al Gobierno de Lakua a modificar el decreto de protección que aprobó en julio para Praileaitz, en el sentido de ampliarlo también a su entorno, es decir, a lo que queda de la ladera del monte en el que Hormigones Zeleta continúa la explotación. Mientras esa modificación se realiza, la proposición solicita expresamente al Gobierno que paralice la actividad de la cantera. Todo apunta a que esta proposición, que recoge básicamente las reivindicaciones de entidades como Praileaitzen Lagunak y Praileaitz SOS, recibirá también algún tipo de apoyo por parte de PP, EA e IU.

Por su parte, el secretario general de Aranzadi, a pesar del veto del que fue objeto, también hizo una valoración positiva de la visita. «Es muy importante que miembros de la Comisión de Cultura del Parlamento se trasladen a Praileaitz para conocer in situ todo tipo de opiniones -declaró a GARA-. Éste es un problema sobre el que, por encima de discrepancias políticas, tenemos la esperanza de que se pueda llegar a una solución que conlleve la conservación de la cueva y la ladera. Porque ahora la cuestión es ya que decidan las instituciones si quieren conservar la cueva y su ladera o no. Ya es cuestión de una decisión política; una decisión que esperamos que se afronte con profundidad y la debida racionalidad, pero que se tiene que tomar ya», subrayó.