Los datos referentes al desempleo en Hego Euskal Herria resultan preocupantes. Porque preocupante es que de un mes a otro haya más trabajadores registrados en las oficinas del INEM, y más aún cuando son centenares. Pero más que un aumento puntual del paro preocupa la tendencia del mismo, que no se corresponde con las explicaciones que desde las administraciones y la patronal daban acerca de la evolución y el carácter del paro en los últimos años, refiriéndose a un «desempleo técnico». Las desregularizaciones laborales, según decían, no repercutían en un aumento del desempleo y, por tanto, los puestos de trabajo estarían asegurados, aunque con cada vez peor calidad. Pues bien, además de la innegable y creciente inseguridad, cuya última víctima se cobró ayer en Lantarón en la persona de un trabajador de 63 años, los datos revelan que el desempleo sigue siendo una asignatura pendiente, y que afecta en mayor medida a los mismos sectores de población que la precariedad: jóvenes, inmigrantes y -si bien en el último mes ha afectado en mayor medida a los hombres- mujeres, las cuales representan un 60% de los desempleados. Urge abordar este grave problema, al que las leyes y el incumplimiento de las mismas no han hecho frente como debían, con el fin de buscar verdaderas soluciones más allá de afirmaciones engañosas en coyunturas favorables.