Mikel del Valle, Koldo Sansinenea y Jon Artetxe, respaldados por delegados sindicales de diversas empresas de la construcción, mostraron ayer en rueda de prensa un documento que certifica que son 29 los trabajados de Zeleta S.L., explotadora de la cantera de Sasiola.

Con este documento, LAB salía al paso de una nota que el delegado de ELA en la empresa, Juan Mari Urbieta, distribuyó la semana pasada, con ocasión de una visita que un grupo de parlamentarios realizó a la zona. En ella, el delegado hacía una «defensa plena de la actividad de la cantera» y, entre otras cosas, afirmaba que ampliar la protección del santuario paleolítico de Praileaitz supondría la desaparición de 250 puestos de trabajo.

«La nota del delegado de ELA -afirmó ayer Mikel del Valle- no contine más que falsedades, pero, de todas ellas, la que a nosotros, como sindicato, nos corresponde poner en evidencia es la relativa a los puestos de trabajo: en Zeleta no son 250, sino 29, los trabajadores dados de alto en la Seguridad Social».

«Denunciamos esto -añadió del Valle- porque el PNV ya está utilizando el argumento de que darle la máxima protección a Praieleaitz sería una medida traumática que afectaría a 250 puestos de trabajo, y eso es completamente falso. Si el PNV no está por dar la protección debida a Praileaitz, que diga el porqué, pero que no se escude en ese dato falso de los 250 puestos de trabajo, porque lo cierto es que tanto el PNV como Amenabar, que en éste y otros muchos casos han hecho causa común, lo único que están defendiendo es el beneficio empresarial».

Preguntado expresamente al respecto, Mikel del Valle reconoció que, además de los 29 puestos de trabajo directos en la cantera existen otros inducidos, pero recalcó que su mantenimiento es independiente de que se respete la ladera de Praileaitz e incluso del futuro de la cantera. «Una planta de hormigón, por ejemplo, puede funcionar sin una cantera al lado y, de hecho, muchas lo hacen. Otra cosa es que el beneficio empresarial sea menor. Y ésa es la cuestión, que aquí se quiere primar el beneficio empresarial sobre un bien cultural y no dudan en servirse para ello de mentiras».

Añadió que, incluso desde un punto de vista estrictamente económico, «a futuro», respetar el entorno de una cueva con pinturas paleolíticas es más rentable, «porque, al fin y al cabo, una cantera es pan para hoy y hambre para mañana, y, de hecho, todos los partidos y entidades de la zona lo entienden así».

Koldo Sansinenea abordó la cuestión desde el punto de vista de la Ley de Patrimonio. «La protección que el decreto de Lakua otorga, 50 metros reales en torno a la cueva, es increíblemente insuficiente y, por otra parte, es necesario conservar la ladera, que es el espacio que facilita la comprensión del bien cultural, además de poseer un gran valor paisajístico», dijo.

«Otro modelo de desarrollo»

Jon Artetxe, responsable de Medio Ambiente de LAB, hizo notar que grandes proyectos «que se están llevando adelante sin consenso social», como el TAV, traen como consecuencia que la explotación de las canteras se lleve «hasta límites inaceptables, como en Praileaitz», y que, además, se planee abrir nuevas. «Nosotros -añadió- pensamos que conservar el patrimonio es compatible con mantener el empleo, pero, si queremos un desarrollo justo y equilibrado, necesitamos otro modelo que no tiene nada que ver con proyectos como el TAV».

Con respecto a la nota difundida por el Comité Nacional de ELA, en la que ese sindicato hace suyas las reivindicaciones de Praileaitzen Lagunak y desautoriza a su delegado en Zeleta, Artetxe dijo que «todos los posicionamientos a favor de Praileaitz son bienvenidos».