El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, confirmó ayer que mantiene su intención de querellarse contra Miguel Sanz, máximo mandatario del Gobierno navarro y de UPN, tras no producirse ningún acuerdo en el acto de conciliación que tuvo lugar el lunes en la Audiencia de Iruñea, y al que Sanz envió a varios representantes del Ejecutivo navarro.

En una entrevista a Radio Euskadi, Zabaleta censuró en primer lugar esta cuestión. Explicó que Sanz mandó en su lugar al director general de Presidencia, al jefe de la Asesoría Jurídica del Gobierno navarro y a un letrado de la Administración, «y además con un acuerdo de gobierno en la mano».

Zabaleta reprochó al líder de UPN que no se personara «siendo un tema personal, porque los temas judiciales son siempre personales». En el citado acuerdo de gobierno, los enviados de Sanz explicitaban al parecer el envite devuelto por el líder de UPN al de Aralar, al que emplazó a rechazar públicamente la lucha armada de ETA no sólo por cuestiones de eficacia política, sino por razones «éticas».

En respuesta a ello, Zabaleta afirmó ayer en la entrevista que siempre ha estado en contra de la lucha armada, «desde hace decenios, incluso cuando estaba en HB».

Esta es la raíz del litigio actual. Patxi Zabaleta se queja de que Sanz ha cometido una «tergiversación» al imputarle esta cuestión «al menos diez veces en los mítines de su propio partido, a la hora del pacharán y en otras tantas circunstancias, siempre saliéndose del debate político y entrometiéndose en cuestiones de tipo personal». «Y eso no lo voy a tolerar», añadió.

A modo de ejemplo, Miguel Sanz dijo recientemente en un desayuno de prensa en Madrid que Zabaleta «seguiría con el objetivo de utilizar la lucha armada si no perjudicarse la consecución de la territorialidad y la autodeterminación».