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Las excavaciones en el alto de San Bartolomé no cumplen las expectativas de los arqueólogos

A pesar de que todavía es pronto para decirlo, todo apunta a que los restos arqueológicos encontrados en el alto de San Bartolomé, en Donostia, no pararán la construcción del medio millar de viviendas prevista por el Ayuntamiento. Y es que los hallazgos no han cumplido las expectativas de Arkeolan.

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Rebeka CALVO

El alto de San Bartolomé de Donostia ha sido un lugar estratégico durante siglos. Desde este punto se podía controlar toda la ciudad, por lo que este lugar se hizo muy popular en el siglo XIX. «Los ejércitos se apropiaron del lugar y se convirtió en un sitio de continuos bombardeos, hasta que en 1849 demolieron la iglesia», explica Marian Gereñu, directora de las excavaciones que se han llevado a cabo durante meses de mano de Arkeolan.

Cuando empezaron las excavaciones arqueológicas en el solar de villa San Antonio de este alto, por el mes de abril, los responsables de los trabajos estaban convencidos de que encontrarían restos que quizá podrían echar por tierra los planes del Ayuntamiento donostiarra: la construcción de medio millar de viviendas, así como un viario de bajada que desembocaría en la calle Larramendi. Pero finalmente lo encontrado es «bastante menos de lo que pensábamos», aclara Gereñu. En una primera fase de valoración, los responsables de Arkeolan descubrieron el edificio en sí, la Iglesia del antiguo convento de San Bartolomé, construida en el siglo XVIII, lo que llevó a los responsables de la Diputación de Gipuzkoa a pedir una nueva excavación ya en todo el solar y al detalle. Excavación que comenzó este pasado mes de abril y que acaba de concluir.

Es tras esta segunda fase cuando Gereñu ha explicado que los resultados «no han cumplido nuestras expectativas».

Lo que ahora ha quedado a la vista de todos es parte de las paredes excavadas en la roca de la iglesia del antiguo convento de San Bartolomé. Junto con esto también han sacado a la superficie, justo en el centro del solar, parte de un canalización que construyeron «para desaguar todas las caídas de agua que se producían por el monte».

Las paredes de la iglesia sin embargo, no se conservan completas. «Al principio pensábamos que se iban a conservar mejor, porque hace diez años ya hicimos una excavación y salió lo que es la cabecera de la iglesia y vimos que tenían unos muros de metro y medio de alzado. Pero finalmente hemos visto que la mayor parte del edificio está roto», cuenta la responsable de las excavaciones. «En un principio pensábamos que el edificio de la iglesia se conservaría en mejores condiciones, y que iba a ser impresionante, pero solamente se conserva la cabecera de la iglesia y del resto solamente se conserva a nivel de cimentación y algunos casos ni siquiera eso, como en el lado sur, que sólo se conserva la zanja», puntualiza.

Quizá lo encontrado no cumpla con las expectativas creadas en un principio, pero por lo menos ahora sí que se puede conocer un poco mejor la historia de este alto. Según Gereñu, se han visto tres etapas de ocupación del solar. «La más cercana a nosotros es la de la primera mitad del siglo XIX, que es cuando la iglesia y el convento se empezaron a abandonar». Le siguen la perteneciente a la época en la que se construyó la iglesia, hacia 1708. «Se conservan los muros, las canalizaciones interiores y una serie de enterramientos, unos 150, en fosas excavadas en arcilla y material de construcción. También se han recogido cuencas de rosario, hebillas de cinturón, pendientes y otros objetos de las personas enterradas», aclara.

En la tercera fase de ocupación del solar, la más antigua, de entre los siglos XVI y XVII, se conservan también enterramientos, aproximadamente 175, excavados en la roca y de forma rectangular. También han encontrado aquí monedas, pendientes y hebillas, entre otros enseres. En total han encontrado unos 275 esqueletos y unas 2.000 monedas que Arkeolan deberá estudiar.

Los enterramientos de la etapa del siglo XVI y XVII, la segunda etapa, sin embargo, indican, según Gereñu, que hay un edificio anterior, que no está en este solar, «bien porque se haya amortizado con las estructuras que ahora vemos, o porque esté más hacia el sur hacia el cuartel de la Policía española».

Este hecho hace pensar a los responsables de las excavaciones que quizá bajo el cuartel de la Policía española y sus inmediaciones pueda encontrarse el claustro del convento. Ahora sólo cabe esperar la reacción de la Diputación de Gipuzkoa, cuyos responsables deberán decidir si solicitan o no un nuevo estudio que disipe todas las dudas en torno a los restos arqueológicos.

 

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