El presidente albiazul Fernando Ortiz de Zarate confirmó ayer en Onda Cero su esperanza en que la jueza del Juzgado Mercantil nº1 de Gasteiz que lleva el caso del Deportivo Alavés decida emprender las acciones legales para embargar sus bienes a Dmitry Piterman y sus colaboradores por las irregularidades derivadas de su gestión. Esta afirmación llegó minutos después de que los administradores concursales entregaran en el juzgado un demoledor informe en torno a las «irregularidades relevantes» encontradas.

Las conclusiones de este informe, a las que tuvo acceso GARA, desvelan enormes anomalías en las cuentas, entre las que destaca un apartado de más de 1,5 millones de euros en gastos que según los administradores tendrían la calificación de «liberalidades o caprichos». En este apartado se mencionan los 529.865,82 euros que costó el equipo California Victory, los 149.876,96 euros del patrocinio del Atenea de fútbol sala, los gastos del Hotel Lakua que ascienden a 792.835,91 euros en tres años, los 49,263,38 euros de gastos en viajes personales o una factura de 50.000 euros por «gestiones en la búsqueda de un inversor para el club».

Pero este apartado no es sino la punta de un iceberg que retrata a las mil maravillas el día a día en la gestión de Piterman. En la contabilidad de los tres ejercicios, los administradores han encontrado un desfase de 19.646.565,73 millones de euros. Así, se desvela la existencia de una cuenta bancaria cuyos movimientos no se reflejan en la contabilidad, se aprecian operaciones con sociedades vinculadas a los administradores como Nereo y Martínez por servicios insuficientemente documentados (2.290.021 euros), facturas de dudoso contenido (293.981 euros), irregularidades en la contratación de Wellington Paulista, sobrevaloración de los activos de Izarra, Ibaia o derechos federativos de los jugadores, dos facturas por valor de 69.279,08 euros por diverso material audiovisual que fue entregado en un Apartahotel de Palamós con vinculación de Piterman y la no legalización de los libros obligatorios. En definitiva, una radiografía de la gestión de Dmitry Piterman.