El PSN ni siquiera apuró el plazo para dar el sí a los presupuestos de UPN
Los líderes de UPN y PSN, Miguel Sanz y Carlos Chivite, suscribieron ayer el acuerdo presupuestario para 2008. La firma certifica el pacto global entre ambos partidos, pese a que el PSN vendió en agosto, cuando dio vía libre a la continuidad de Sanz frente al criterio de gran parte de sus bases, que eso no suponía un acuerdo estable y que serían exigentes. El propio Chivite no dudó en reconocer ayer que el pacto «no ha sido difícil». Ni siquiera se ha agotado el plazo.
GARA |
Al Gobierno de UPN-CDN le ha bastado con mover 100 millones de euros de su proyecto de presupuestos (40 en un primer trámite y 60 en el segundo) para lograr el compromiso del PSN de que le dará luz verde. Miguel Sanz y Carlos Chivite firmaron ayer un acuerdo sin apenas novedades: los datos más significativos son el compromiso de impulsar el modelo de educación en inglés -lo que no ocurre con el euskara- y el consenso para reducir el precio de los peajes de la A-15, aunque sin llegar a la gratuidad reclamada con reiteración por el PSN.
En el capítulo de la potenciación del inglés, UPN y PSN fijan sus objetivos en lograr que la totalidad de la población escolar domine «al menos una lengua extranjera».
Se anuncia para ello un plan estratégico, y otro en materia sanitaria que tendrá como objetivo incrementar los recursos en atención primaria, mejorar las condiciones laborales de los profesionales, racionalizar el gasto farmacéutico y fomentar la investigación biomédica, según los dos líderes.
«Marco de referencia»
El acuerdo incluye una alusión al compromiso de ambos partidos con la Constitución y el Amejoramiento como «marco común de referencia».
Pese a que se podía esperar que el PSN apurara al menos la negociación hasta fin de año para tratar de arrancar más contrapartidas, el acuerdo se ha cerrado antes incluso de que se debatan en el Parlamento las enmiendas a la totalidad del resto de los grupos. Y también después de que la dirección federal del PSOE amenazara con sanciones a los críticos que reclamaron un debate abierto sobre este apoyo presupuestario.
Chivite no dudó en reconocer que el acuerdo «no ha sido fácil, pero tampoco difícil». Curiosamente, Sanz había hablado de negociación «dura y exigente».
Nafarroa Bai se toma este apoyo del PSN a los presupuestos de UPN-CDN como todo un punto de inflexión. En una nota, considera que el acuerdo suscrito ayer «saca definitivamente al PSN del ámbito de la oposición y lo convierte en un mero apoyo o bastón de UPN, precisamente lo que sus electores y militantes querían y quieren cambiar».
La coalición liderada en el Parlamento por Patxi Zabaleta vaticina que ahora «previsiblemente vendrán los intentos del PSN, siempre con el consentimiento de UPN, de promocionar su manejo de logros, como si de un triunfo se tratase», y advierte de que en ese caso «su actitud será absolutamente hipócrita».
Respecto al contenido del consenso alcanzado, Nafarroa Bai valora que «UPN ha comprado el voto del PSN para los presupuestos con simples medidas de maquillaje, dejando de lado todas las posibilidades que se dan en el Parlamento para elaborar unos presupuestos progresistas». Lamenta junto a todo ello que «si los socialistas hubiesen aceptado formar un gobierno de izquierdas, los presupuestos hubiesen sido progresistas».
ANV ve en este acuerdo «una triste tonalidad de grises propia de un tiempo pasado. Una fotografía de unos actores secundarios que se limitan a realizar la gestión que se acomode a los designios de la Corte de la Villa de Madrid, que es, como se ha venido demostrando hasta la saciedad, quien realmente toma las medidas estratégicas en Navarra».
La formación ekintzale, excluida del Parlamento de Nafarroa por la ilegalización, considera por tanto que se trata «de una edición más de lo que desde la transición nos han ofrecido la derecha navarra y el PSN; es decir, reparto de cuotas de poder, privilegios para sus entornos empresariales, sindicales, etcétera, y abandono de las grandes cuestiones sociales como la vivienda, la sanidad, la educación o la cultura, que en el mejor de los casos son utilizadas de forma demagógica para darse barnices políticos según el interés partidista del momento».
En cuanto al procedimiento empleado, la formación de la izquierda abertzale ve «un cuento muchas veces repetido: UPN realiza un borrador expresamente preparado y el PSN prepara unas enmiendas para aparecer como quien arrastra a la derecha».