La asociación Leia, después de diez años luchando contra el proyecto de autovía transpirenaica, manifestó ayer en Baiona que «ha sido la lucha y la movilización del propio pueblo bajonavarro las que han parado el proyecto. Es la victoria de todo un pueblo que ha luchado con determinación».

Tras congratularse por el desarrollo de los hechos desde que el 2 de noviembre el presidente del Consejo General, Jean-Jacques Lasserre, anunciara su intención de abandonar el proyecto, Leia añadió que «esta gran victoria es la prueba de que no hay que caer en el fatalismo», en alusión directa a otros movimientos populares en lucha.

La renuncia a construir la autovía entre Iruñea y Salies de Béarn, confirmada ayer, ha evidenciado, según Leia, «los métodos arcaicos de sus promotores, que no han dudado en esconder información, evitar el debate popular y despreciar, diabolizar y marginar la propia asociación por oponerse al proyecto».

Los representantes de Leia deploraron los gastos generados por el proyecto que cifraron en 2,5 millones de euros «por los que, seguramente, los ciudadanos no tendrán ninguna explicación». Consideraron, además, que el abandono del proyecto no puede ser una decisión que tome el presidente unilateralmente», por lo que exigieron que sea el pleno del Consejo General el que vote la anulación del convenio con el Gobierno de Nafarroa, tal como lo hizo cuando se tomó el acuerdo el 12 de diciembre de 2002.

El Consejo admite la oposición

Precisamente ayer se reunió la Comisión Permanente del Consejo General en Urruña donde, entre otros asuntos, trataron una moción presentada por el presidente Lasserre para oficializar el abandono del proyecto.

El escrito dirigido al Servic io de Asuntos Jurídicos del Consejo recoge brevemente los objetivos del Convenio firmado con el Gobierno navarro. La moción indica que «actualmente parece conveniente poner un término a este proyecto» circunstancia que achaca a la falta de apoyo del Estado y a la «fuerte oposición de los municipios concernidos por el trayecto».

La propuesta de «comenzar el proceso de resciliación» fue aceptada por unanimidad. Lasserre no precisó si la someterá a votación del pleno, un trámite que no es necesario para romper oficialmente el convenio.