Tanto el alcalde de Bastida, Higinio Arinas (EB), como los miembros de la plataforma Torrolate albergan esperanzas de que el proyecto de campo de golf de Bastida pueda desecharse, tras conocer el informe que Lakua llevará a la Comisión de Ordenación Territorial el lunes.

Arinas no tiene duda de que los cambios que el informe exige al proyecto son tan importantes que en la práctica impedirán su realización, ya que critica aspectos fundamentales como que «invade zonas de protección, no tiene garantizados los recursos hídricos y rechaza la posibilidad de recalificar un millón de metros cuadrados que plantea el proyecto».

El alcalde asistirá a la reunión del lunes, porque, a pesar de que PNV y PP aprobaron una moción dando la representación al anterior alcalde de la localidad, «hay informes jurídicos y sentencias que avalan que es el alcalde el que tiene la representación legal del municipio».

Orlando Arreitunandia, de Torrolate, valora también positivamente el informe porque, entre otras cosas, limita su extensión, condicionando el proyecto y, aunque admite el número de viviendas que propone (750) rechaza su localización, porque no respeta una forma de crecimiento racional para Bastida, siendo una especie de apéndice que se introduce en el monte.

Por otra parte, ayer se tuvo noticia de la dimisión de un concejal del PNV, que aducía haber sido objeto de amenazas. El alcalde anunció que «si se siente amenazado y lo denuncia, tendrá toda nuestra ayuda», pero afirma que él lo único que ha visto en los plenos ha sido militantes del PNV pidiendo explicaciones por su actitud con el campo de golf. EAE-ANV de Bastida coincide con el alcalde y asegura que éste es el cuarto concejal que le cuesta al Ayuntamiento el campo de golf: Dos en esta legislatura (PNV y PP) y dos en la anterior (EA y PSE).