Solidarias y Solidarios con Itoitz dieron a conocer ayer en Iruñea la situación actual de los miembros del colectivo que cortaron los cables en la construcción de la presa. Ocho miembros fueron condenados a casi cinco años de cárcel, por lo que tres de ellos han tenido que pasar por prisión. El pasado 5 de diciembre, el Tribunal Supremo aceptó el recurso de la defensa, y se declaró prescrito el cumplimiento de las penas impuestas. El mismo día fue puesto en libertad el solidario Julio Villanueva, tras pasar más de tres meses encarcelado. Así resumieron todo este periodo: «Hemos pasado casi nueve años danzando por ahí como hemos podido».

Ayer dieron a conocer el procedimiento para la prescripción: «Hubo un cambio en el Código Penal, y la fecha para la prescripción de las penas menores de cinco años se rebajó de diez años a cinco. Nos dimos cuenta de que nos afectaba. La Audiencia de Nafarroa desestimó nuestro recurso, y lo hizo por razones políticas: entre otras, mencionaban la supuesta alarma social, que tras tantos años no tiene sentido». Recurrieron al Tribunal Constitucional, y aunque «han intentado retrasar el procedimiento», finalmente ha sido admitido.

De todas formas, no quisieron olvidar el caso de Ibai Ederra, quien, tras pasar más de tres años en la cárcel, actualmente está en la calle en libertad condicionada, y le obligan a entregar el 30% de su sueldo. Se prevé que su situación se prolongue durante un año. En su caso, el recurso de prescripción no tiene validez porque su detención tuvo lugar algunas semanas antes de que pasaran cinco años desde la vista oral.

«Más grave que nunca»

Explicaron que la represión contra ocho miembros ha repercutido en la salud del equipo, ya que «pierdes energía en la lucha antirrepresiva». Pese a ello, aseguraron que «hemos salido fortalecidos, y hay que valorarlo como una victoria. Tanto en Nafarroa como a nivel estatal hemos recibido mucho apoyo, hemos sido los únicos presos por defender la tierra...». Ello les ha dado «energía para seguir la lucha», y la consideraron más necesaria que nunca ya que «el proyecto se halla en su momento más difícil: Se tambalea entre terremotos y ruidos. Con el llenado, aumentan los terremotos, que este año han sido 900».

Asimismo, quisieron recordar la denuncia hecha la víspera por los vecinos afectados por el pantano sobre «la inexistencia de la aplicación del Plan de Emergencia». En sus palabras, ello se debe a «la inaplicabilidad del Plan: No habría tiempo de llevarlo a cabo», recordaron.

Sobre la razón de ser del pantano, evidenciaron que «primero lo hacen y luego inventan necesidades ficticias». Aludieron a la Expo de Zaragoza, indicando que «es denunciable hablar sobre el agua y la sostenibilidad mientras se prevé hacer un uso ilimitado de este recurso». Consideraron inaceptable que «el agua se utilizara para satisfacer a las 100.00 personas que prestarán servicio en el `segundo Las Vegas del mundo', previsto en una zona desértica como los Monegros, o que se hable de campos de golf y chalets adosados con jardines y piscinas».

Por su parte, aseguraron que seguirán trabajando. La semana que viene han organizado unas jornadas en Zabaldi sobre la temática de Itoitz y habrá charlas, talleres, espectáculos, proyecciones de vídeo... y el viernes se celebrará «que los compañeros se hallan con nosotros». Para el 23 de febrero se plantea una manifestación «para volver a atar lazos entre los colectivos afectados por Itoitz y Esa».