cumbre de la UE
La UE se implica abrumadoramente en la independencia de Kosovo
La UE dio ayer un decisivo espaldarazo a la independencia de Kosovo. De un lado, la cumbre asumió el encargo del plan de la ONU para que supervise el nuevo Estado. De otro, prometió implícitamente a Serbia una aceleración del proceso de adhesión si abandona su cerrazón. Y finalmente, se apresuró a sostener, contra toda evidencia, que Kosovo no es un precedente para el resto de naciones sin Estado europeas.
Dabid LAZKANOITURBURU
La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en Bruselas dio ayer un paso en profundidad para el reconocimiento de la cercana independencia del territorio de Kosovo, en los Balcanes.
Antes de la reunión, el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, situaba el objetivo de la cumbre en la «creación de un cuadro europeo común para el reconocimiento de la independencia, aunque a la postre corresponda a cada Estado miembro el reconocimiento formal» del futuro nuevo Estado, recordó.
Entrada la tarde, la Presidencia de turno portuguesa anunció un acuerdo en torno a la «decisión política de enviar una misión de Policía y Justicia a Kosovo». El primer ministro portugués, José Sócrates, se negó a precisar fechas para esta misión pero la canciller alemana, Angela Merkel, anunció que partirá «lo antes posible tras las oportunas consultas con la ONU».
Esta misión debería haber sido enviada el pasado verano si Rusia no hubiera interpuesto su veto al plan de independencia supervisada para Kosovo redactado por el mediador finlandés Martti Ahtisaari.
A tenor de este plan, la UE tomará el testigo de la ONU para supervisar los primeros años de independencia del nuevo país.
Pese al acuerdo alcanzado unánimemente en la cumbre, Chipre trató de salvar la cara insistiendo en el matiz de que los Veintisiete habrían dado luz verde a la decisión política, pero no al despliegue de esta misión, que técnicamente deberá ser aprobada en el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE del 28 de enero.
El presidente greco-chipriota, Tasso Papadopoulos, se negó a concretar si su país osaría vetar esta decisión, e insistió en su posición oficial contraria al derecho de autodeterminación de Kosovo. Chipre, pequeño país que entró en la UE en el anteúltimo proceso de ampliación, vive una situación difícil, con la isla partida en dos tras la ocupación por parte del Ejército turco del norte del territorio.
Junto al temor de que la República turca de Chipre del Norte, sólo reconocida por Ankara, pudiera utilizar el caso kosovar como precedente, la fe ortodoxa une a los chipriotas del sur con los serbios frente al credo musulmán de la minoría turca de la isla y de la mayoría (albanesa) de la población kosovar.
Sarkozy y la «cuestión vasca»
Por contra, las voces con más peso en la cumbre dieron por hecha la independencia de Kosovo y su reconocimiento por la gran mayoría de los países de la Unión.
Fue el caso del presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien defendió esa solución y aseguró que el kosovar es un problema europeo, «ni de EEUU ni de Rusia». Sarkozy fue más allá y, emulando al ministro español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos -quien aseguró hace unos días que no había paralelismo alguno entre Kosovo y otras naciones sin Estado como Euskal Herria y Catalunya-, coincidió en que la independencia de Kosovo «no sentará precedente» para otras situaciones.
El presidente galo se refirió en concreto a lo que denominó como «cuestión vasca» y dio por «superada» la posibilidad de que la independencia de Kosovo «pudiera crear problemas» para su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero. Sarkozy se hizo en todo caso el sordo ante una cuestión, la «vasca», que afecta también directamente al Estado francés.
No obstante, la referencia a esta cuestión por parte de Sarkozy, como hace días de Moratinos, recuerda el famoso adagio de excusatio non petita, acusattio manifiesta.
Y es que el presidente francés se explayó en la cuestión y negó también similitud alguna entre Kosovo y la crisis en Bélgica por las reivindicaciones flamencas frente al unionismo valón.
Así, destacó que entre las conclusiones del Consejo Europeo que se celebra en Bruselas se incluye la frase de que «el estatus pendiente de Kosovo constituye un caso sui generis que no establece ningún precedente».
«Así se evita -trató de justificar estas referencias Sarkozy- que quienes no quieren arreglar esta cuestión reclamaran que no se toque porque va a crear dificultades en otros sitios»..
Guiño a Serbia
Sobre el papel, el Consejo Europeo no dice nada sobre el reconocimiento de la independencia de Kosovo y el portugués Sócratas se limitó a señalar diplomático que «en este momento nos remitimos a las negociaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU», en referencia a la reunión que celebrará el próximo miércoles este selecto club de las potencias nucleares.
La ausencia de referencia alguna a ese reconocimiento no extraña si tenemos en cuenta, por un lado, que no corresponde a la UE ese reconocimiento. Los recelos persistentes por parte de algunos estados de la Unión -si bien menos explícitos que el de Chipre- explican también la ausencia de mención alguna a la independencia.
Pero hay otro factor para explicar esta «prudencia». Y es que la UE trata por todos los medios de no dinamitar la posición del presidente serbio, Boris Tadic, en vísperas de las presidenciales del 20 de enero.
En esta línea, y como tercer elemento del «cuadro común» sobre Kosovo, el texto aprobado ayer incluye un guiño a Serbia, al asegurar que «la progresión de este país hacia la UE puede ser acelerada». En este sentido, los Veintisiete «animan» a Belgrado a «cumplir las condiciones necesarias» para firmar un acuerdo de estabilidad y asociación, primer paso para una futura adhesión a la UE.
El ministro checo de Exteriores, Alesandr Vondra, aseguró que una mayoría de países miembros estarían dispuestos a firmar ese acuerdo previo con Serbia a más tardar a finales del mes de enero.
Todo ello pese a que Serbia no ha cumplido con la exigencia de la UE de cooperación total por parte de Belgrado para la captura del criminal de guerra presunto Ratko Mladic, líder de la milicias serbias que sembraron el terror en Bosnia. Muy locuaz, Sarkozy insistió en que «Serbia tiene un futuro en la UE si respeta los derechos humanos y la independencia de Kosovo».
En plena crisis en el seno del Gobierno, el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, tildó de «ofensivo ofrecer como recompensa a una Serbia lisiada una adhesión acelerada de la UE para que acepte en cambio la violencia» que, siempre según su opinión, supondría la independencia de Kosovo.
En un mensaje implícito a su otrora aliado, el presidente, Tadic, criticó duramente a los que rechazan la adhesión de Serbia a la UE si, como se prevé, Kosovo logra su ansiada independencia.
Sarkozy aseguró a Zapatero que «no tendrá problemas con la cuestión vasca». El francés se negó a darse por aludido pero recordó el viejo adagio de «excusatio non petita, accusatio manifesta».
Europar Batasuneko estatuburuek Lisboako ituna sinatu duten honetan, gogor salatu du Batasunak «Europako Itun Konstituzionalaren makillaje hutsa» besterik ez den akordioa. Are gehiago, oraingoan herritarren boza entzun gabe onartu izana gaitzetsi du.
Batasunaren aburuz, herritarrei bizkarra eman izana bat dator itunaren izaerarekin. «Izan ere, EBk Lisboako Itunarekin onartu berri duena, demokraziaren aurkakoa den Europa bat da, eskubideak murriztu eta balio inperialistak bultzatzen dituena».
Demokraziaren kontrako ituna dela nabarmenduz, Batasunak adierazi du: «Estatu propiorik ez duten herritarrentzat kartzela bihurtuko den legedia da Lisboako ituna».
Era berean, itun honek «eskubideen murrizketa kezkagarria» ekarriko duela salatu du talde abertzaleak, eskubide sozialak -etorkinenak barne- ez dituelako bermatuko, eta «eredu neoliberal basatiena» defendatuko duelako.
Itunak NATOren aldeko tesiekin bat egiten duela eta Europa inperialista eta poliziala indartu egiten duela gogora ekarri du talde abertzaleak.
Bukatzeko, egungo Europar Batasunaren bilakaeraren aurka ekiteko konpromisoa berretsi du.
GARA
El antiguo jefe de la guerrilla de UÇK y ex primer ministro kosovar, Ramush Haradinaj, podrá pasar las Navidades en casa gracias a un permiso carcelario otorgado por el Tribunal Penal Internacional de La Haya.
Presionados por el Gobierno francés, los Veintisiete aceptaron formalmente la creación de un «comité de sabios» que reflexionen sobre el futuro de la Unión, pero lo hicieron tras diluir completamente su mandato, asegurándose así que no sirve para bloquear una hipotética adhesión de Turquía. Este grupo, totalmente tocado, estará dirigido por el ex presidente español Felipe González. Las vicepresidencias serán ocupadas por el ex presidente letón Vaira Vike-Freiberga y por el empresario y presidente del grupo finlandés Nokia, Jorma Ollila.
La idea de la creación de este comité fue lanzada públicamente en julio pasado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien defendió que entre sus atribuciones se incluyera la reflexión sobre la posibilidad de la adhesión de Turquía, a la que se opone firmemente.
Desde entonces, el mandato de este comité, encargado de reflexionar sobre el futuro comunitario con el horizonte de 2020-2030 -y que deberá presentar sus conclusiones en 2010- ha sido totalmente diluido. Y es que el mandato final no incluye referencia explícita alguna a la cuestión de las fronteras y de la ampliación de la UE.
Así, se le encarga reflexionar «sobre cuestiones fundamentales a las que la Unión podría tener que hacer frente» y sobre los medios para lograr «la estabilidad y la prosperidad tanto de la Unión como de las regiones circundantes».
«Teníamos reservas sopbre el proyecto original y temíamos que se convirtiera en un medio de frenar el proceso de ampliación», justificó la rebaja el ministro checho de Asuntos Europeos, Alexandr Vondra.
«Es una cosa que hemos aceptado con reticencias teniendo en cuenta que es importante para un gran Estado miembro», señaló en referencia al francés la presidenta del Partido Liberal Europeo, la belga Annemie Neyts.
