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«No nos integraremos en NaBai, ni orgánica ni electoralmente»

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JOSÉ MIGUEL NUIN, NUEVO COORDINADOR DE IUN

Acaba de sustituir a Ion Erro en un momento de riesgos para IUN: en las elecciones quedó fuera de importantes ayuntamientos y sólo retuvo dos parlamentarios, luego vio frustrada la opción de un gobierno alternativo, y ahora vuelve a oír cantos de sirena desde Nafarroa Bai. José Miguel Nuin cierra esa puerta, aunque aboga por mantener lazos para impedir «que se consolide un escenario de no-cambio».

IUN se siente víctima colateral de la dinámica abierta en Nafarroa por UPN contra el proceso de negociación. José Miguel Nuin aboga por volver a dar centralidad al debate derecha-izquierda, en el que su partido se siente mucho más cómodo. Y aunque admite la necesidad de mantener un diálogo político sobre el estatus de Nafarroa, sus palabras desprenden un evidente escepticismo.

IUN bajó en las pasadas elecciones al Parlamento de 26.000 a 14.000 votos. ¿Saben por qué?

El resultado electoral ha sido malo, eso no admite más matices. Creemos que las razones vienen derivadas del contexto político de los últimos seis u ocho meses. Un contexto que tampoco tiene elementos novedosos, pero sí es novedosa su acentuación; por ejemplo en los últimos 30 años se ha utilizado la cuestión identitaria como conflicto, pero ahora se ha pegado un acelerón por parte de UPN, y el máximo exponente fue la manifestación del 17 de marzo. UPN ha tensionado mucho sus espacios, sus electores y sus zonas de influencia, pero con ello además le ha hecho la campaña a NaBai. Esto sacaba de la fotografía a la izquierda, y nos ha hecho daño. Poner la agenda social en el foco ha sido muy complicado. Y luego está la actitud del PSOE. Antes de las elecciones vendió cambio en Navarra, se comprometió claramente a ello, y lo hizo con aval del Gobierno español, lo que le daba mayor credibilidad. Eso hizo que el contexto fuera complicado para nosotros. Al margen de ello, es evidente que tenemos que hacer más trabajo organizativo, que necesitamos más músculo.

En su día IUN declinó entrar en Nafarroa Bai, pero en los últimos tiempos hay mensajes de ambos lados para conformar listas conjuntas al Senado. ¿Se van a resituar respecto a NaBai?

Nafarroa Bai es el espacio que aglutina de modo mayoritario al nacionalismo vasco en Navarra. Eso es lo que es, una formación esencialmente nacionalista, y nosotros no somos nacio- nalistas. Tenemos desde el inicio una posición muy clara que hemos reiterado en la VII Asamblea; no nos vamos a integrar en el espacio nacionalista, en Nafarroa Bai, ni orgánicamente ni electoralmente. Éste es un tema que está claro y, por nuestra parte, zanjado. Esto no excluye dos cosas: una, que podemos negociar y acordar en instituciones para gestionar políticas plurales, como hemos demostrado; y dos, podemos abordar colaboraciones electorales siempre que se entienda muy claramente que la confrontación es derecha-izquierda. El Senado lo permite, porque son candidaturas abiertas. Pero siempre sería en un ámbito de confrontación derecha-izquierda, desde una lógica de permitir la derrota de UPN en el Senado, porque tradicionalmente saca tres de los cuatro senadores y queremos que saque sólo uno. El modelo es el de la Entesa catalana.

IUN está hablando de refundar el progresismo en Navarra. Para ello, ¿no es indispensable poner en primera línea la reivindicación de que la ciudadanía navarra sea quien decida? Está visto que con este marco siempre gana la derecha...

Lo que creemos es que el espacio de la izquierda tiene que tener las ideas más claras y estar mejor cohesionado. Hemos visto en dos ocasiones que, pudiendo articularse una alternativa a UPN, ha habido decisiones que han frustrado ese cambio [en 1996 y 2007]. Hay que tomar decisiones y caminar para que eso no vuelva a suceder en el futuro. ¿Cómo se hace eso? Vamos a ir viéndolo.

Cuando el PSOE decidió dar luz verde a UPN, IUN dijo que toda la legislatura estaba atada, y así parece que va a ser. ¿No es contradictorio por ello que a las primeras de cambio vuelvan a mirar hacia el PSN?

No negamos que en la política navarra hay muchas contradicciones por parte de todos, porque hay situaciones muy complicadas. Efectivamente, el PSOE acaba de impedir un cambio, pero le emplazamos para esa Entesa porque es emplazar otra vez a que se articule en Navarra una izquierda alternativa a UPN y que, además, le gana. Hay que mirar hacia adelante y seguir trabajando para que ese cambio sea posible en el futuro.

Todo este reencuentro UPN-PSN viene en paralelo a la ruptura del proceso de negociación. ¿No lamentan no haber tenido una posición más activa para defender el proceso? UPN y PP sí que se movilizaron...

Pues...sí, pero vamos a ver. Nosotros hemos sido muy críticos con la posición del PP, porque ha utilizado la lucha contra el terrorismo de modo partidista, y en un tema así es muy difícil avanzar si el mayor partido de la oposición está en contra. Pero somos muy claros en un sentido: la responsabilidad del fin del proceso es de ETA, porque en un momento dado quiere imponer la solución en la mesa política, y eso es no entender las cosas. ETA no aprende.

Pero, ¿por qué no se sustentó ese proceso? Un ejemplo: cuando se habló de la mesa de partidos, formaciones como IUN se opusieron y dijeron que había que hacer una específica para Nafarroa. Pero luego aquí tampoco se hizo nada... ¿Por qué?

Nosotros participamos de la idea de hacer una mesa de partidos en Navarra. No se desarrolló porque no logró consensos suficientes. No lográbamos siquiera el 51%. Pero es necesaria. Dentro de Navarra hay que lograr consensos muy amplios sobre cómo se gestiona la pluralidad identitaria y cómo se con- vive. Ese diálogo político dentro de Navarra es necesario, al margen de ETA.

¿Y no se puede ir trabajando eso ya, sin esperar al día D en que se abra una nueva oportunidad de solución?

Nosotros ya propusimos en la pasada legislatura la ponencia sobre la reforma del régimen de autogobierno. Hay que hablar de eso; si se hablara y hubiese voluntad de avanzar en consensos más amplios que los logrados en la transición, estaríamos avanzando. Pero para IUN el conflicto identitario es uno más, y en ningún modo justifica que alguien se sienta legitimado a actuar de forma violenta o terrorista.

¿Cómo ve la ofensiva actual del Estado contra el independentismo? ¿Es algo sólo coyuntural, mirando a las elecciones, o tiene más recorrido?

No lo sabemos. Lo hemos dicho muchas veces: no estuvimos de acuerdo en la Ley de Partidos, no creemos que ese camino de achicar espacios tenga eficacia, y además es peligroso, porque puede minar la autoridad de la democracia en el medio y largo plazo para enfrentar social y culturalmente al fenómeno de la violencia.

¿Cómo contemplan que esas acciones sirvan aparentemente para ganar votos en el conjunto del Estado? ¿No le preocupa?

No hay más que oír los mensajes de agitación y de movilización de ciertos medios de la derecha, desde mensajes cada vez más reaccionarios. Sin duda, esto puede provocar una derechización y creemos que hay que hacerle frente desde la defensa de la pluralidad y de la democracia. En cualquier caso, creemos que esos mensajes tienen unos límites. La sociedad del conjunto del Estado español tiene mecanismos de autodefensa frente a esas consignas.

El Gobierno Zapatero comenzó con expectativas por la retirada de Irak. Luego ha venido su actuación en Euskal Herria, pero también la Ley de Memoria Histórica y otras cosas. ¿Qué valoración general hace?

Hay diferentes frentes. En política social hay cosas en las que se ha avanzado: la Ley de Dependencia, por ejemplo. En política económica y fiscal, la posición ha sido muy similar a la del PP: es un escándalo que el Gobierno se vanaglorie del superávit de las cuentas o apunte a la supresión del Impuesto de Patrimonio. En derechos civiles, a la vez que hemos comentado lo de la Ley de Partidos Políticos es cierto también que ha habido avances muy importantes como el matrimonio entre personas del mismo sexo. Es una legislatura con claros y sombras. Y luego, sobre todo, viene lo de Navarra. La decisión fue tremenda, brutal, y se tomó además contra la decisión de los navarros. Fue algo de extrema gravedad y que requiere la reacción de la izquierda navarra. Si no se produce esa reacción, el riesgo es que el escenario de no-cambio se consolide.

Ramón SOLA

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