El sueño americano en estado puro. Los éxitos obtenidos en comparación al sudor despedido por la frente. Trabajo y recompensa. Trabajo y más trabajo. Ese es el discurso que parece seguir la plantilla de Portland Trail Blazers en su particular tour de force. Una de las peores y más jóvenes plantillas de la liga ha conseguido poner lo establecido patas arriba con una impresionante racha de 10 victorias consecutivas.

Y lo mejor es que existe la clara oportunidad de añadir dos muescas más a la colección, ya que sus dos próximos enfrentamientos son frente a Seattle y Minnesota , dos rivales perfectamente asequibles. Portland viene de dos severas reconstrucciones. La primera vino provocada por la hecatombe deportiva que supuso para la escuadra de Oregón caer eliminada ante los Lakers de O'neal, Bryant y Phil Jackson pese a tenerlo todo ganado.

Fue a finales de los 90 y en aquel espectacular equipo figuraban, entre otros: Scotty Pippen, Steve Smith, Jermaine O'neal, Damon Studamire, Rasheed Wallace, Arvydas Sabonis, Kelvin Cato y Bonzi Wells. Un equipazo que chocó bruscamente contra realidad. De ahí se pasó a basarlo todo en Zach Randolph. Un buen ala pívot que prometía más de lo que promete en la actualidad y que decidió viajar a la gran manzana en busca de un descomunal sueldo.

Para este año pintaban bastos. Un equipo muy joven, una falta de base alarmante y un técnico, Nate McMillan, que parecía condenado a dar palos de ciego en pro de ese algo que sólo ven los técnicos. El 2 de diciembre, Portland caía estrepitosamente en San Antonio por 79-100. El equipo firmaba el récord que se esperaba de una franquicia perdedora que apenas aspira a nada: 5-12. Nadie podía esperar lo que iba a suceder a continuación.

Un día después de la paliza de San Antonio, Travis Outlaw decidió cambiar la suerte de su franquicia en el último suspiro: con un tiro de dos sobre la bocina, los Blazers conseguían una importante victoria ante los Grizzlies de Memphis, un rival directo para luchar por nada.

Milagrosamente, en Portland se lo empieza a creer todo el mundo. Un día es el pívot Joel Przybilla que se marca una espectacular noche de cinco tapones, otra noche Channing Frye anota 14 puntos en un cuarto, James Jones cerrando un 55% en tiros de tres y, sobre todo, Brandon Roy, sellando un gran año y colocándose entre los mejores de la competición. En definitiva, y como bien indica la publicidad de los propios Blazers, todo esto, el 15-12 de la actualidad, se consigue gracias a un equipo.

La pregunta es lógica, ¿Dónde estaba ese equipo hasta el 5-12? Seguramente en el mismo punto. El calendario de diciembre no ha sido especialmente duro para los Blazers. Restando las salidas a San Antonio y Miami y los dos partidos ante Utah Jazz, el resto de las citas han sido contra equipos del Este o contra rivales asequibles del Oeste.

Pese a todo, Portland despide un cambio de actitud notable ya que, lo más probable en circunstancias normales hubiese sido que tras la milagrosa victoria ante Memphis, todo hubiese vuelto a la normalidad. Pero no, algo se mueve en Oregón, y los soñadores ya aprietan los dientes para que Roy, Odem, Aldrige, Jones y compañía estén jugándose los cuartos en play offs.