Entre 150 y 175 guerrilleros kurdos murieron el pasado 16 de diciembre como consecuencia de los ataques aéreos llevados a cabo por el Ejército turco contra bases del PKK en Kurdistán Sur, según señaló el Estado Mayor de Ankara en un comunicado.

«Entre 150 y 175 terroristas fueron neutralizados» como consecuencia de la incursión, afirmó ayer el Estado Mayor turco en un comunicado publicado en su página web.

«Esta cifra no tiene en cuenta a los terroristas que fueron eliminados al derrumbarse sus refugios como consecuencia de nuestro ataque», añade el Estado Mayor, precisando que la incursión provocó además numerosos heridos en las filas del PKK.

«Numerosos terroristas tuvieron que ser trasladados a los hospitales de Erbil, Raniyeh, Kaladiza y Choman, en el norte de Irak [Kurdistán Sur]», prosigue el comunicado.

En Kurdistán Sur, un dirigente kurdo «cercano al PKK» que rechazó identificarse desmintió el balance hecho público por el Ejército turco, afirmando que «cinco combatientes perdieron la vida en las incursiones del 16 de diciembre, tal y como anunció el propio PKK tras el ataque».

El Ejército turco está llevando a cabo desde comienzos del mes de diciembre varios ataques aéreos contra posiciones del PKK en Kurdistán Sur.

Estos ataques se produjeron después de que el Parlamento turco diera luz verde a las operaciones militares contra la guerrilla kurda en Kurdistán Sur.

El 16 de diciembre los ataques se dirigieron especialmente contra la región de Qandil, un macizo montañoso donde se encuentra el cuartel general de los 3.500 guerrilleros del PKK que se encuentran en Kurdistán Sur.

Una segunda serie de ataques aéreos tuvo lugar el 22 de diciembre, precisó el comunicado del Estado Mayor turco.

Desde entonces, se suceden las informaciones de los servicios de seguridad del Gobierno autónomo de Kurdistán Sur sobre nuevos ataques turcas en el área, pero desde Ankara no se ha confirmado este hecho.

Los ataques del 16 de diciembre, los más intensos de la serie, estuvieron apoyados por disparos de artillería y lograron destruir todos sus objetivos, incluidos las bases de mando de la guerrilla kurda, diez baterías antiaéreas y catorce almacenes de munición del PKK, siempre según la información del Estado Mayor turco.

El PKK combate con las armas al Estado turco desde 1984 en defensa de los derechos nacionales de los kurdos. Este grupo se encuentra en la «lista negra» de la UE y también está considerado como «terrorista» por EEUU y la propia Turquía.

Los ataques de la aviación turca contra bases de la guerrilla del PKK continuaron ayer, según informó la agencia kurda Firat. Según la cadena turca NTV, fuentes oficiales del Gobierno autónomo de Kurdistán Sur confirmaron este nuevo ataque, mientras Ankara permanecía en silencio.

Según la agencia Firat, cuatro cazabombarderos F-16 turcos comenzaron a bombardear las regiones en torno a Hakurk y Cinere, en Kurdistán Sur, a las 11.45 hora kurda (12.45 en Euskal Herria).

La cadena NTV aseguró, por su parte, citando un funcionario del Gobierno autónomo de Kurdistán Sur, que fueron bombardeados algunos objetivos cercanos a la aldea de Amediyah.

Esta fuente dijo que no había habido víctimas civiles o que, al menos, no se disponía de información sobre ello, en la región atacada ayer, que ya ha sido blanco de otras incursiones aéreas del Ejército turco en los últimos días.

Por otra parte, la Policía turca informó el lunes de la detención en Estambul de un ciudadano kurdo, al que calificaron de «terrorista suicida enviado por el PKK desde Qandil» con 3,2 kilos de explosivos. Ayer, una bomba estalló en el distrito de Sefakoy, provocando tres heridos. En la misma Estambul, el lunes, jóvenes kurdos quemaron 50 automóviles y pincharon neumáticos en acciones como reacción a los bombardeos.

Solidaridad en Euskal Herria

En Euskal Herria, la red de jóvenes internacionalistas Kamaradak denunció «la agresión imperialista de Turquía contra el pueblo kurdo» e hizo un llamamiento a boicotear a las empresas automovilísticas Renault y Fiat «por su responsabilidad en este genocidio». Kamaradak exigió el fin de las operaciones militares turcas en Kurdistán y de las intervenciones de la OTAN en cualquier país del mundo, al tiempo que reclamó a las instituciones vascas que apoyen al pueblo kurdo y condenen «el terrorismo que se lleva a cabo en nombre del Imperio».