Los ciudadanos de Kenya deberán elegir mañana entre el presidente saliente, Mwai Kibaki, que opta a la reelección, y Raila Odinga, un antiguo socio del presidente convertido en rival, en una elecciones generales que se presentan como las más disputadas desde que se reintrodujo el multipartidismo en este país africano en 1991.

Más de 14 millones de electores están convocados a participar en estos comicios, en los que además de presidente, se designarán a los 210 miembros del Parlamento y 2.484 electos locales, en un país del Este de África considerado como un oasis de estabilidad en una región muy problemática (con guerra en Somalia y tensiones entre Etiopía y Eritrea).

Kibaki, de 76 años, y Odinga, de 62, cerraron sus campaña en Nairobi el lunes, haciendo un llamamiento a la población a acudir a las urnas. Sin embargo, las diferencias entre los dos candidatos resultan imperceptibles y, según los analistas, cualquiera que sea el vencedor, no se esperan cambios en la política económica, caracterizada por un tasa de crecimiento medio del 5% desde las pasadas elecciones presidenciales, celebradas en 2002.

Kibaki ha tratado de utilizar la buena salud de la economía y la instauración de la escuela primaria gratuita durante su mandato para lograr la reelección, mientras que Odinga le reprocha haber fracasado en la lucha contra la corrupción.

Odinga, que pasó nueve años en prisión por oponerse al presidente Daniel Arap Moi, se ha presentado, tras romper su alianza con Kibaki, como el defensor de los más desfavorecidos, pero sus críticos le reprochan su gusto por los coches caros.