Hay un turrón de patatas fritas chip. Hay una tigresa que sale de paseo desde su guarida y mete el miedo a los visitantes de un zoológico, zampándose a un visitante e hiriendo gravemente a otros dos. Llueve en Indonesia y hay fuego en Australia. Los cazabombarderos turcos hacen ejercicios de tiro al kurdo. Sale del hospital José Luis Moreno. Todo seguido, sin solución de continuidad, mezclando algún asunto más banal u otro menos intrascendente, es una dosis cotidiana de supuestas noticias que nos sirven los noticiarios, en donde parece que los servicios informativos se han convertido en una resaca y no en una plataforma para saber si es de día o de noche.

Alejados de cualquier noción de acercamiento a la realidad informativa, las televisiones solamente son una correa de trasmisión de acontecimientos políticos, económicos o sociológicos. Por ejemplo, aparece en un noticiario el nuevo Napoleón francés, ganando una batalla amorosa en Egipto, acompañado de una esbelta mujer que sonríe debajo de unas gafas de sol que son una suerte de parapeto. La única noticia escondida en el relato es que el ministro de cultura egipcio acompaña a la pareja enseñándole los lugares más emblemáticos porque parece que aspira a presidir una institución cultural universal. ¿Crónica rosa, azul, verde o morada?

Por cierto, en una reunión post trauma gastronómico navideño vemos una de esas sesiones de ridiculez engolfada, en la que en un programa del corazón montan una conexión en directo en un supuesto lugar del Caribe con una de las mayores intoxicadoras, y se va cortando constantemente. Se trata de uno de esos montajes que venden con tonos de gran acontecimiento informativo que se hace para dar la no noticia de una no exclusiva de la susodicha no periodista con la supuesta Isabel Pantoja. Un auténtico delirio humorístico, allí nos partíamos el eje, escupiendo los turrones, derramando las copas de cava, con fuertes dolores de estómago, porque se trataba de algo impresentable. Y sí, es verdad nos reíamos del mal ajeno, de la imbecilidad ajena. Pero muy bien pagada, eso sí. Una peli mala llamada la tigresa, la gatita y el camaleón.