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Jesus M. GETE OLARRA Padre de Kristina Gete (presa en Picassent)

Familiares de presos: la angustia sigue latente

Qué perniciosas paradojas nos depara esta hipócrita sociedad. El día en que diversos estamentos quieren simbolizar como el nacimiento del «salvador», la cruenta dispersión aplicada sobre el colectivo de presas y presos políticos vascos termina con la vida de otra familiar más.

Que difícil resulta para un familiar expuesto al sufrimiento y vejaciones constantes, e incluso al mismo riesgo de muerte que nuestra compañera Nati, poder reflexionar con frialdad y la perspectiva necesaria sobre la situación política y las consecuencias que se derivan de la misma. En esta difícil situación donde la rabia y la impotencia atormentan, una sola cuestión me sitúa en la realidad, nuestra compañera Nati y los dieciséis familiares anteriores no han sido solamente víctimas de un fatal accidente de tráfico, esas muertes son la consecuencia directa de una política asesina de dispersión que, igual que a nuestros seres queridos, a nosotras y nosotros también nos quieren aniquilar.

Estas muertes, que para algunos son sólo números y estadísticas, para una parte importante de la sociedad vasca y para los familiares son algo más, son parte de nuestras entrañas que se van disipando en el contexto de esta lucha por la liberación nacional y social de nuestro país. La responsabilidad directa de estos crímenes de estado es políticamente diáfana, y la corresponsabilidad también. PP, PSOE y PNV, ejercen como el trío de ases en esta partida donde algunas y algunos nos jugamos mucho más que las prevendas de un antidemocrático rédito electoral: la propia muerte.

Es evidente que en las agendas de la mayoría de los agentes políticos y sindicales de este país no existe espacio ni voluntad para tratar la grave situación que afecta al colectivo de presas y presos políticos y su entorno familiar. Que tengan bien claro quienes les dan su apoyo y no piden responsabilidades sobre las políticas que desarrollan sus dirigentes que alguna responsabilidad también asumen y sepan que en estos momentos en las cárceles de exterminio existen al menos doce personas encarceladas con enfermedades graves e incurables, sometidas a una deficiente atención, en el mejor de los casos. ¿Hasta cuándo habrá que esperar en esta lacerante situación?

Desde el orgullo, pero en estos momentos sobre todo desde el sufrimiento de familiar, quiero mandar un abrazo cariñoso a toda la familia y allegados de Nati, y en especial al preso Unai Gonzalez, rehén de una política fascista y opresora que sólo genera odios,sufrimiento y falta de libertades.

A pesar de los aniquilamientos, que sepan que el colectivo de familiares siempre vamos a estar cerca de nuestros seres queridos, que el sufrimiento nos hace mucho daño, pero que nuestro compromiso sigue y seguirá intacto. Animo.

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