Tras conocerse la sentencia que condena al Athletic a abonar 900.000 euros a Txato Núñez, el ex delegado rojiblanco mostró sus impresiones a GARA.

Tras desvincularse del Athletic, ¿cómo se encuentra?

Mi situación es complicada. Es una vivencia dura porque el Athletic ha formado parte de toda mi vida, por la forma en la que se han hecho las cosas y por cómo lo ha vivido mi familia. Han hecho un juicio popular totalmente partidista en la transmisión y con muy malas maneras. Por eso, después de toda una vida en el Athletic, y de ser una persona valorada, que en cinco minutos una persona quiera deshacer todo... Estoy mal y me ha parecido mal.

¿Está satisfecho con la sentencia?

En un principio lo que ha salido adelante era lo esperado. Creo que debía de haber salido todo lo que habíamos demandado porque a mi entender está claro que ha existido mobbing en el funcionamiento del presidente. No se ha dado, pero debía de haberse producido.

¿Le sorprende que el Athletic no recurriese la sentencia después de haber llevado el tema incluso hasta a una asamblea?

No me sorprende porque desde que empezó este movimiento en contra mio y de Sabino, no había nada en lo que sustentarse. Lo único que querían era llegar a unas elecciones con unos cabezas de turco, sin importarles lo que hemos hecho y lo que significa el club para nosotros. El presidente lo tenía claro: era una cuestión con la que hacer campaña. Se trata de una situación en la que él tenía claro que no lo iba a sacar para adelante y por eso recurrió a la asamblea. Así, la utilizó, al igual que me ha utilizado a mí, con el objetivo de que él se sienta legitimado. Sin embargo, una vez que la sentencia es firme se ha olvidado de la asamblea y no ha recurrido.

En su caso da la impresión de que el presidente buscaba ganar las elecciones usando un mensaje populista cuando era algo que se podía haber solucionado de una manera mucho más sencilla.

Sí. Su objetivo era ganar las elecciones. Mi contrato, y supongo que el de los demás, era totalmente conocido por todos los presidentes que han pasado por Ibaigane, también hay bastantes directivos que lo conocían...

¿Qué están ahora?

Sí, por supuesto. Alguno de ellos lo ha tenido en la mano durante la precampaña. Al igual que sé que han estado hablando con peñistas contándoles una serie de datos personales y confidenciales de mi contrato.

¿Entonces mantiene que, en caso de haber sido otras las formas, se podía haber arreglado su caso?

Sí, sí. Yo sólo he estado en una ocasión con el presidente. Fue el 19 de julio en Ibaigane y a convocatoria del club. Acudí junto con mi abogado, Javier Herráez, y mi asesor, Iván Zaldua. No pudimos hablar demasiado, ya que García Macua mantuvo unas formas que dejan mucho que desear en un presidente del Athletic.

Allí, en presencia de Inchaurraga y de mis representantes, dijo que yo estaba despedido. Mi abogado le contestó que nos diera la carta de despido y que nos marchábamos, él nos dijo que sí, pero nos hizo entrega de una carta en la que se decía que yo mantenía mi puesto de trabajo, alargaba mis vacaciones y que me volviera a presentar en otra fecha. Nosotros hicimos una propuesta importante e interesante para el club y fue desatendida. Hemos dado muchas facilidades para que esto se arreglara. Hubo más de diez reuniones fijadas con el club durante el mes de agosto, además de otras en las se plantearon bastantes propuestas y planteamientos. La última fue una oferta de 680.000 euros, a pagar sin plazo o en 10 años hasta la edad de la jubilación.

¿La directiva actual le sondeó el apoyo a su candidatura durante la precampaña?

Antes de la campaña, un directivo que ahora es vicepresidente me llamó a Lezama y me dijo que quería estar conmigo de manera urgente. Ese mismo día quedamos en una cafetería y me planteó no sólo que fuera con ellos, sino que apoyara su opción. Yo le dije que no lo iba a hacer, que ellos ya conocían cuál era mi funcionamiento y que si querían valorarlo que lo hicieran. Ante ello, me dijo que lo iba a tener complicado.

¿Ese vicepresidente actual estaba ya en el club?

Sí. Entonces estaba en el club y ejercía de vicepresidente también creo.

Tras ello ¿cree que ha existido afán de revanchismo?

Tenía claro que en caso de que llegaran ellos a Ibaigane, no lo iba a tener fácil. Pero también es verdad que existen otras reuniones y me imagino que a ciertos niveles se conocen y que irán saliendo. Con el tiempo se irá viendo cómo se quiere colocar la gente y por qué han dado determinados pasos. Dentro de lo que ha sido mi funcionamiento en el Athletic algunos han tenido mucho interés en hacer ver que yo era un hombre de la comisión deportiva, cuando yo no he pertenecido nunca a dicho órgano. La comisión deportiva tiene nombres y apellidos.

¿Qué eran?

Yo prefiero no dar esos nombres. De cualquier forma el club no debería tener problemas en decir quiénes la formaban. No sé por qué en el club hay que esconder esas cosas. Eso sí, repito, yo en esa comisión no he estado nunca ni he participado en la vida.

Su situación está interrelacionada con la de Dani o la de Guerrero, que continúa en el limbo. La imagen respecto al trato a los ex jugadores ha dejado mucho que desear.

Yo creo que existe un deterioro importante que influye en el club y en los jugadores. Ese deterioro se transmite en el funcionario diario. Yo puedo entender que el planteamiento que se la hace al socio diciéndole que existe un contrato que está con cláusula de rescisión, entiendo que genere esa controversia de la manera que lo han explicado. Pero, yo en mi vida hubiera pensado en hacer uso de ese contrato y por supuesto nos hubiéramos arreglado, ya que nadie está libre de que no quieran contar contigo.

En el Athletic que yo he conocido los temas se han solucionado de puertas para adentro, no como en este caso. Asimismo, en mi época de jugador, como en la etapa de delegado, yo he sido una persona discreta y apreciada. Como delegado se me ha conocido menos porque también he aparecido menos. Aún así, yo he mantenido mi puesto con seriedad y no he tenido ninguna complicación con ningún presidente ni entrenador, sino que he tenido toda su confianza. Quizá del que menos cerca he estado, ¡y lo que es la vida!, es de Clemente. Esto es algo inconcebible.