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Raimundo Fitero

Malas costumbres

Demasiadas veces, tras la expectativa creada por un aviso de una cadena sobre alguna supuesta exclusiva, uno termina con la misma pregunta ¿cuál es la noticia? Es el estilo contaminante de «Aquí hay tomate», que entre bromas y veras iba anunciando las noticias, media noticias o rumores con profusión de rotulación escrita, creando un morbo que casi siempre resulta superior lo que se espera a lo que se ofrece. Es una mala costumbre que se extiende y que sino se colocan alertas internas acabará convirtiéndose en la norma.

Yo diría que la mayoría de los minutos deportivos de casi todas las cadenas, se han creado en esta escuela, la de hacer creer a las audiencia que es una noticia, algo que ni se ha comprobado su virtualidad, realidad o al menos verosimilitud, ni tiene visos de confirmarse y que se relata a base de suposiciones, inducciones, contaminaciones y complicidades diversas. En cada noticiario hay unos minutos sobre deportes y se deben rellenar (nunca mejor empleado el verbo), con lo que ha sido, lo que pudo ser, lo que se quería que fuera y lo que fue, pero podía haber sido justamente al revés. Un galimatías, que simplemente sirve para mantener el negocio en una gozosa apariencia de funcionamiento.

Viendo en diferentes cadenas la aparición de José Luis Moreno, comprobando qué partes de su intervención se han subrayado, comprobando de manera científica la puesta en escena, el tono, la forma y el contenido de la comparecencia a voluntad propia, se repite de manera machaconamente reiterativa la pregunta, ¿cuál es la noticia? Lo importante, lo básico, aquello que se convirtió en un auténtica noticia lo sabíamos desde hace un tiempo, nos faltaba entender algunos de los detalles, algunos pasajes del relato que parecen demasiado oscuros y que, se supone, están bajo investigación policial y judicial: pero cuando alguien asegura campanudo que fue un atraco, y no un ajuste de cuentas, ¿qué debemos entender quienes somos forofos de «El padrino»? De todo lo que cuenta, se cuenta, cuentan, me quedo sobre su reacción fruto del miedo. Nada de héroe. Ahí lo entiendo, al igual de que sigue con el miedo en el cuerpo. Y en el chalet.

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