No ha habido cambio de calendario para el Eibar, que comienza 2008 prácticamente como acabó 2007. Es decir, con muchas ausencias, pero también con muchísimo optimismo.

Sanciones y, sobre todo, lesiones, han vuelto a dejar a Javier Mandiola con los jugadores justos para completar la convocatoria, en la que entran, además, varios hombres con problemas físicos. El técnico, de hecho, ha tenido que citar a Beñat Larrañaga, que además partirá en el once titular, ante las bajas de Txiki, Manel y Martino, que han dejado a Raúl García como único lateral de la plantilla.

Puede que Manix tampoco tenga mucho donde elegir en ataque, ya que mientras Nico Medina sigue en Chile con permiso del club hasta el próximo lunes, Asier Goiria combina una contractura con su inminente paternidad. Como el zornotzarra, también han entrado en la lista con muchos peros los recién recuperados Javi Gurrutxaga y Txiki Lombraña, así como Jon Altuna y Joseba Del Olmo que, al menos en la jornada de ayer, distaban de encontrarse al cien por cien.

Mucho contratiempo al que, sin embargo, y para no variar, Javier Mandiola intentaba restar importancia, recordando que lo importante en el Eibar es el «bloque». «Pese a las bajas, estamos con buenas sensaciones y una vez más, veo a mi equipo favorito para ganar el partido», aseguró el técnico.

Un choque, además, con su trascendencia. El Albacete llega en puestos de descenso, lo que da a los azulgranas la opción de aumentar su ya amplio colchón; y además lo hace en vísperas de los duelos ante Numancia y Sporting en los que, al menos en teoría, será bastante más complicado sumar. «Nos fijamos más en sumar los puntos que en el rival ante el que los podemos sumar, pero es verdad que el Albacete es un rival directo -reconoció Manix- y que ganar este partido nos supondría un importante golpe de moral. Además, mantendríamos la racha que empezamos a final de año -victoria en casa y empate a domicilio- y serían siete puntos en tres partidos», recordó.