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CRÓNICA Tragedia en Formigal

Un alud de nieve se lleva tres vidas en «el día más goloso para esquiar»

El de ayer era «el día más goloso» para esquiar de la actual temporada, según comentario generalizado en formigal. Quizás por ello se produjo el accidente que acabó con las vidas de dos esquiadores vascos y de un trabajador de esta estación de esquí, muy frecuentada por aficionados de Euskal Herria.

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Iñaki VIGOR

Daniel Osanbela, de 36 años de edad y vecino de Donostia, e Iñigo Enrique Zurita Goñi, de 37, domiciliado en Gasteiz son los dos esquiadores vascos fallecidos ayer en la estación de Formigal, a la que habían acudido el viernes de la semana pasada con la intención de practicar su deporte preferido. El tercer fallecido es Miguel Angel Rodríguez, conocido como «Chusky», de 32 años, vecino de Zaragoza y trabajador de Aramón en esta estación oscense. Este último llevaba dos años trabajando, pertenecía al equipo de márketing y comunicación y se había salido de las pistas de esquí para realizar unas fotografías. Fue entonces, sobre las 10:30 de ayer, cuando se vio sorprendido por un alud causado, al parecer, por el paso de un grupo de cuatro esquiadores.

La abundante nieve caída en los dos últimos días en la zona de Formigal había creado una capa de unos 40 centímetros de grosor, pero estaba asentada sobre una fina capa de nieve helada caída en el anterior temporal. Los responsables de la estación de Formigal ya habían previsto el riesgo de aludes en estas circunstancias, y por ello habían «bombardeado» desde primeras horas de la mañana de ayer las zonas más propensas a las avalanchas. De hecho, el riesgo de aludes era ayer de nivel 4, sobre un total de 5.

Pero a pesar de todo, el accidente se produjo. «Por la zona donde andaban estos esquiadores, a unos 100-150 metros fuera de pistas, no había mucha gente a esa hora de la mañana. Estaban en una ladera del Valle de Anayet, a unos 1.800-2.000 metros de altitud. Según han comentado unos conocidos que estaban esquiando cerca de Daniel Osanbela, parece que han cortado la nieve longitudinalmente y se ha producido el alud». Este es el relato que en la tarde de ayer realizaba a GARA un amigo del propio Daniel Osanbela en el Hospital de Jaca, a donde fueron trasladados los cuerpos de los tres fallecidos para practicarles la autopsia. Mientras esperaba la llegada de los familiares de su amigo muerto, este esquiador recordaba que tanto Daniel Osanbela como los que iban con él eran personas experimentadas: «Eran buenos esquiadores. Normalmente estas cosas pasan a gente experta».

El alud de nieve, de unos 300 metros de largo por 200 de ancho, se produjo cerca del monte Anayet, en una zona conocida como Garmo La Mina. Dos de los esquiadores que se encontraban en la zona y que no se vieron arrastrados intentaron socorrer a los accidentados y dieron aviso de inmediato a los servicios de emergencias. Unos minutos después acudieron al lugar de los hechos equipos de rescate integrados por miembros de la seguridad de la estación de Formigal, bomberos, médicos y agentes de la Guardia Civil con perros especializados en rescates de aludes.

A partir de ese momento la noticia del accidente se extendió entre las numerosas personas que a esas horas esquiaban en las pistas de Formigal, pero los datos sobre el rescate fueron confusos. Según algunas fuentes, el cuerpo del primer esquiador, Daniel Osanbela, fue localizado sobre las 12:00, y unos 20 minutos más tarde el de Iñigo Enrique Zurita. Al parecer, ambos se encontraban todavía con vida, pero fue imposible reanimarlos en la UVI-móvil que se trasladó desde Sabiñánigo hasta el aparcamiento de la estación. Sobre las 13:00 fue localizado el cuerpo sin vida de Miguel Angel Rodríguez mediante aparatos de sondeos y de búsqueda de personas en avalanchas, aparatos que también fueron utilizados para localizar al segundo de los esquiadores vascos.

«Hay que nadar en la nieve»

Los tres cadáveres fueron trasladados al Hospital de Jaca, a donde a media tarde de ayer fueron llegando los familiares de los fallecidos para realizar su obligado reconocimiento.

En este hospital también se encontraba Jesús María Fernández Mata, presidente de la Federación Guipuzcoana de Deportes de Invierno. En compañía de otros familiares, acudía desde Donostia al Pirineo a pasar unos días de vacaciones cuando a las 15:00 se enteró del trágico suceso y decidió desplazarse al Hospital de Jaca para transmitir su pésame a los familiares de los fallecidos. Este veterano esquiador, que conoce personalmente a la familia Osanbela, es padre del conocido snowboard Iker Fernández, que también sufrió una avalancha de nieve en Austria. «Mi hijo estaba grabando una película para una empresa. Alguien le cortó la placa de nieve y se lo llevó por delante, pero le sacaron a tiempo», recordaba.

Desde su experiencia, Jesús María Fernández aconsejaba mucha precaución a la hora de esquiar. «Este tipo de accidentes no pueden pasar en pistas, porque están muy pisadas. Si te sales, tienes que saber cómo comportante en caso de aludes. Hay que intentar `nadar' sobre la nieve y hacer una burbuja de aire. Nosotros siempre apelamos a la prudencia y a la prevención. Hay que conocer las normas de la estación, el parte meteorológico, el riesgo de alud y no salirse de pistas, porque, desgraciadamente, suelen traer estas consecuencias», lamentaba.

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