Al menos diez civiles murieron durante un ataque de la artillería del Ejército paquistaní en el norteño valle de Swat, según informó ayer el canal de televisión privado Geo Tv.

En el distrito de Tehsil Kabbal, siete miembros de una misma familia perdieron la vida cuando un proyectil impactó en su vivienda, mientras que otras tres personas murieron en Kala Kalay por la misma causa.

Las muertes civiles coinciden con la dimisión del gobernador de la Provincia de la Frontera Noroeste (NWFP), Ali Mohammad Jan Aurakzai, que ya ha sido aceptada por el presidente del país, Pervez Musharraf.

Según una fuente cercana a Aurakzai, citada por el rotativo «The News», su dimisión podría deberse a que su gestión de la situación en la provincia, donde se encuentra Swat, no era del agrado del Gobierno paquistaní.

Los militares lanzaron una fuerte ofensiva en Swat en el mes de noviembre contra los seguidores del mulá Fazlulah, un clérigo que propugnaba la implantación de la ley islámica en la zona.

Investigación británica

Entretanto, un equipo de Scotland Yard inspeccionó ayer por primera vez el lugar donde murió Benazir Bhutto para reconstruir la secuencia de los hechos, en una investigación a la que el Gobierno paquistaní ha prometido no poner trabas.

Los cinco expertos británicos visitaron durante dos horas el parque de Liaqat Bath, que fue limpiado con mangueras tras la muerte de Bhutto y que hasta ayer se podía visitar libremente.

«Llegan tarde para investigar la muerte de Bhutto», dijo un lugareño que discutía con los policías que ayer acordonaron el citado parque.

La secretaria de Información del PPP, Sherry Rehman, citada ayer por el rotativo «The News», aseguró que su formación colaborará con Scotland Yard, aunque insistió en pedir una investigación de la ONU.