El Athletic comenzó 2008 de la mejor manera posible. Ganando en San Mamés, toda una noticia, y confirmando de esta manera su clasificación para los octavos de final de la Copa.

A nadie se le escapa, sin embargo, que el triunfo se produjo ante un equipo de Segunda que, además, llegaba a la Catedral con una papeleta bien complicada. La inyección de moral que recibieron los rojiblancos fue, sin duda, considerable, pero la inercia no bastará para ascender el segundo peldaño de este empinado mes de enero.

El Athletic necesitará algo más que lo mostrado el miércoles para traerse algo positivo de Santander. No sólo porque se trate ahora de un rival de Primera sino porque, además, el Racing se encuentra ahora mismo entre los mejores de la categoría. Y con una vuelta del cam- peonato prácticamente consumida, no cabe hablar de casualidades. Los cántabros lo están haciendo bien; y lo están haciendo especialmente bien, además, en su estadio, en el que sólo el Villarreal ha sido capaz de ganar esta temporada. Y fue allá por setiembre. En sus seis últimas actuaciones como local, el equipo de Marcelino acumula cinco triunfos y un empate.

Lo peor es que, además, el Athletic llega en una situación diametralmente opuesta. No son excesivos los puntos que separan a ambos equipos en la clasificación, siete, pero tal y como marcha la clasificación de Primera, la ilusión europea del Racing se transforma en el fantasma del descenso en el caso rojiblanco. Con sólo un punto más que el Betis, 18º clasificado, el Athletic está obligado a romper la mala racha que le ha llevado a sumar sólo dos puntos en sus tres últimos compromisos ligueros.

Rentabilizar los goles

Para conseguirlo, el Athletic deberá, para empezar, superar una de sus asignaturas pendientes, la del gol. O, al menos, rentabilizar mejor los que marca, como hace el propio Racing, que apenas ha marcado un tanto más que los rojiblancos.

En opinión de Caparrós, de hecho, esa es «la única diferencia» entre su equipo y la mayoría de los que le preceden en la clasificación. «En esta Liga todos somos parejos -aseguró el técnico ayer- y, quitando a dos o tres equipos los demás somos iguales. Nos cuesta meter gol, pero no más que a otros. La única diferencia es que debemos sacarle el máximo rendimiento a nuestros goles y saber manejar la situación cuando nos ponemos por delante. Hemos perdido muchos puntos así».

En definitiva, que hay que aprender de un Racing con «una experiencia y una implicación muy buenas. Marcelino trabaja bien y ha conseguido un equipo muy comprometido. Por eso tendremos que estar a un nivel muy alto si queremos sacar algo positivo», admitió.