Iñaki Badiola, Pako Aiestaran, Chris Coleman, Steve Kean y el abogado de los dos técnicos del primer equipo, Javier Urdangarin, se reunieron por espacio de tres horas en las oficinas de la Real en una cita celebrada tras comunicar el club la decisión de que ninguno de los protagonistas de la tarde de ayer en Anoeta iba a realizar ninguna declaración ni ningún comentario sobre el contenido de su charla.

Ni los cinco de esa reunión ni Salva Iriarte y Loren, el director deportivo y su ayudante en la secretaría técnica del club, a los que Iñaki Badiola y Aiestaran iban a proponer cuales iban a ser sus nuevas funciones en el futuro en una reunión previa.

Iñaki Badiola señaló tras ser elegido presidente que todos eran imprescindibles y que pretendía que siguieran en el club. Comunicó que iba a mantener una reunión en la que tenía el objetivo de que Coleman siguiera porque ése era el deseo suyo y de Pako Aiestaran. Manifestó que quería formar un equipo entre los tres y superar las diferencias registradas con el galés, que mostró su voluntad de irse si Badiola llegaba con cinco fichajes, ya que él era partidario de incorporar sólo a un interior zurdo y a un delantero. Coleman llegó a rechazar la incorporación de jugadores jóvenes como Mérida y Crosas al entender que eso iba contra la política deportiva que él consideraba que debía llevar el club blanquiazul.

Badiola trasmitió su disposición a no imponer ningún fichaje que no contara con el visto bueno de Coleman y la sensación que dejó el técnico tras el partido de Salamanca y después de hablar con el presidente durante el fin de semana es que iba a seguir en su puesto.

Parecía que en materia de fichajes se podía llegar a un acuerdo para incorporar a Fran Mérida y a uno o dos jugadores más que complacieran al técnico galés, y todos daban la sensación de abordar la reunión con una clara voluntad de llegar a un acuerdo para que el técnico siguiera en el club, algo que no habría admitido ninguna duda si la Real llega a ganar el partido de Salamanca o, probablemente, si Rodado Rodríguez no sanciona un penalti en una acción que no se podía castigar así.

Presiones para Badiola

Esa es la gran desgracia de la Real, que vive en un estado de locura tal que una ocurrencia arbitral condiciona una decisión estratégica fundamental. Por eso durante el día de ayer se generó un ambiente proclive al cambio de técnico y se le exigía a Badiola que trajera los cinco jugadores que había prometido.

Y es que todavía hay muchos que se creen que Zigic va a dejar el Valencia para jugar en Segunda cuando ha participado mucho en los últimos partidos de su equipo y ha dejado claro que en ningún caso va a venir a la Real. O que Martí va a dejar dos años y medio de contrato en un Sevilla que juega la Champions y en el que Keita se va ir a la Copa África en un mes de enero repleto de partidos en los que se puede reivindicar como un jugador importante en su equipo. O que Mark González va a salir de un Betis que está en puestos de descenso y en el que fue titular el domingo en el derbi.

Badiola se ha metido en un buen lío por crear expectativas que no puede cumplir y habrá que ver con qué nos sorprende con su capacidad para improvisar y maniobrar, porque sería una grandísima sorpresa que Coleman no empiece a preparar desde esta mañana a las diez en Zubieta el partido del sábado.

Mérida, dispuesto para venir

Joseba Díaz, el representante de Fran Mérida, aseguró ayer en distintos medios que el catalán de diecisiete años vendrá mañana a Donostia para convertirse en el primer fichaje del mercado de invierno de la Real.

El jugador del Arsenal llegaría cedido hasta final de temporada. Es un jugador zurdo que en marzo cumplirá dieciocho años y que ha sido formado en la cantera del Barcelona hasta que forzó su salida del club para seguir los pasos de Cesc Fabregas.

Por contra, el medio centro del Barcelona B Marc Crosas, el otro jugador con el que ha llegado a un acuerdo Badiola, declaraba ayer que quiere venir, pero que desde hace una semana no tiene noticias desde Donostia.