Amores perjudicados por las diferencias de clase
«Expiación, más allá de la pasión»
Debido a la huelga de guionistas de Hollywood, este año no se celebrará la ceremonia de los Globos de Oro que será sustituida por una rueda de prensa. «Expiación» cuenta con siete nominaciones y también está en todas las quinielas de los Oscar, lo que la convierte en una de las películas del año, al basarse en la reconocida novela homónima de Ian McEwan. Recupera el clasicismo de los grandes melodramas románticos hechos al estilo elegante de David Lean.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Las novelas de Ian McEwan que han sido llevadas a la pantalla no han dado lugar a películas de gran repercusión, siendo hasta ahora las más comentadas «El placer de los extraños», «El inocente», «El buen hijo» y «Amor perdurable». Todas juntas no han hecho ni la mitad de ruido que «Expiación», que parte ya de su libro más reconocido y premiado desde que se editara en el 2001. Ayuda al fenómeno consagrador el hecho de que su dimensión de gran drama romántico se preste a una lujosa adaptación, trabajada con un estilo visualmente elegante y un exquisito cuidado del lenguaje. El prestigioso dramaturgo, guionista y cineasta Christopher Hampton se ha encargado de escribir unos diálogos al gusto victoriano, para lo que ha dispuesto de todo el tiempo del mundo. El prometedor material literario ha contado con la realización brillante de Joe Wright, quien, en su reciente debut con «Orgullo y prejuicio», de Jane Austen, ya entró en la carrera de las nominaciones de los Óscar, tras ser saludado por la crítica como un futuro experto en adaptaciones de obras de época. Pero el elemento clave de su primer largometraje fue la compenetración alcanzada con la actriz Keira Knightley, que para el buen resultado de «Expiación» ha resultado fundamental. No obstante, no es algo que surja por generación espontánea, sino que se basa en una laboriosa preparación previa al rodaje. Una parte importante del presupuesto de su segunda película, Wright lo ha dedicado a disponer de tiempo más que suficiente para los ensayos con el reparto y en especial con su máxima estrella. De esta forma se consigue que los intérpretes conozcan a sus personajes tan bien como si los desarrollaran a través de la representación diaria, con la que cuenta el método teatral de representación.
El cine inglés y las buenas actuaciones es algo consustancial, por lo que en ese aspecto «Expiación» no va a decepcionar a nadie. Tampoco a los cinéfilos, puesto que, al centrarse su acción en los años de la Seguna Guerra Mundial, se trata de una adaptación que permite un planteamiento muy de género cinematográfico. La gran superproducción bélica se conjuga, por momentos, con el melodrama clásico de los años 40. Joe Wright ha tomado como principal referencia al maestro David Lean y, aunque no van a faltar las comparaciones con la oscarizada «El paciente inglés», ha preferido mirar hacia atrás y en la escena de la estación del tren homenajea directamente a «Breve encuentro».
La película está narrada desde el punto de vista de la hermana de la protagonista, en tres periodos distintos de su vida, por lo que, para ese personaje clave, se emplea a tres actrices. De la adolescencia se encarga Saoirse Ronan, de la juventud Romola Garay y de la vejez Vanessa Redgrave. La chica siente celos de su hermana, al ser testigo de su romance con el jardinero, hijo de la ama de llaves de la familia. Su fantasía de aspirante a escritora la lleva a acusar al muchacho de un crimen que no ha cometido, con lo que destruye la relación de la pareja y comete una irreparable injusticia, que tratará de expiar durante el resto de su larga existencia.
Quienes hayan leído el libro saben que es conmovedor, que remueve conciencias y que provoca el sollozo. La versión cinematográfica también está hecha para que el público salga de la sala con los ojos llorosos, porque es una de esas historias que hacen pensar en lo mucho que pueden llegar a pesar los errores de juventud. En el caso de «Expiación» el grave desliz de la hermanita se ve perjudicado por su raíz clasista, puesto que la trama se mueve en un ambiente victoriano. Aunque el joven jardinero es acogido como un miembro más de la rica familia, a la hora de la verdad su relación con la heredera de la casa es condenada y perseguida. Los amantes pertenecen a mundos opuestos y pagan por ello.
James McAvoy es un actor escocés que ha conseguido triunfar a los 28 años, aunque su destino podría haber sido bien diferente. Como chico católico de Glasgow, perteneciente a una familia rota y sin recursos, barajó la idea de continuar sus estudios hasta hacer los votos religiosos. Hijo de un albañil y una enfermera, fue criado por sus abuelos en el culto al Celtic de Glawgow, el equipo católico de la ciudad. Llegó a la interpretación por pura casualidad, cuando el actor y director David Heyman fue a darles una charla en el colegio y a él le tocó dar la cara ante el comportamiento sexista de sus compañeros, que increpaban al invitado por la temática gay de sus películas. Esta forma involuntaria de llamar la atención le valió un papel en «The Near Room», pero el participar en un film independiente sobre prostitución infantil no le iba abrir puertas, etapa en paro que aprovechó para estudiar arte dramático. En Londres comenzó a relacionarse profesionalmente, compartiendo piso con Jesse Spencer, habitual de la teleserie «House». En otra serie de televisión, «Shameless», ha conocido a su pareja Anne Marie Duff, actriz con la que está casado desde hace poco más de un año. Tiempo suficiente para hacerse famoso, primero gracias a un papel secundario en «Las crónicas de Narnia» y, después, al compartir cabecera de cartel con Forest Whitaker en «El último rey de Escocia».
M. INSAUSTI
T.O.: «Atonement».
Dirección: Joe Wright.
Guión: Christopher Hampton, sobre la novela de Ian McEwan.
Intérpretes: Kiera Knightley, James McAvoy, Vanessa Redgrave, Romola Garai, Saoirse Ronan, Brenda Blethyn, Harriet Walter, Juno Temple, Patrick Kennedy, Julia West.
País: Inglaterra-EE.UU, 2007.
Género: Drama romántico.
Duración: 123 minutos.
En la secuencia rodada en la playa de Redcar, Wright decidió filmar sin cortes en una sola toma. En ella hubo, entre otros, 2.000 figurantes, una noria en movimiento y soldados montados en pura sangres.
Su debut cinematográfico tuvo lugar en «Dos mujeres» en 1994. Pero fue en 2002 cuando se dio a conocer en «Quiero ser como Beckham». Un año más tarde participó en la primera entrega de «Piratas del Caribe».