LAB denuncia el acuerdo entre CEN, UGT y CCOO por «antidemocrático»
LAB rechazó ayer el llamado Acuerdo de Concertación Social firmado en Nafarroa por la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) y los sindicatos UGT y CCOO hace quince días. La central abertzale considera que dicho acuerdo es «excluyente y antidemocrático» en las formas y «vacío» en su contenido. El acuerdo, en opinión de LAB, es una copia mimética de los suscritos en Madrid por los mismos sindicatos y la patronal española.
GARA |
El secretario general de LAB, Rafa Díez Usabiaga, rechazó ayer el llamado Acuerdo de Concertación Social firmado en Nafarroa hace dos semanas por los sindicatos UGT y CCOO y la patronal CEN, por considerarlo «blindado, excluyente y antidemocrático» en sus formas y «vacío» en su contenido.
En una rueda de prensa en Iruñea, el secretario general de la central abertzale, que estuvo acompañado por el responsable del sindicato en Nafarroa, Igor Arroyo, criticó especialmente la actitud de los sindicatos firmantes al entender que suscribiendo un acuerdo de este tipo «practican la antítesis del sindicalismo de clase, la antítesis del cambio moral y social que necesita Nafarroa», con lo que UGT y CCOO «sólo consiguen lavar la cara a la patronal».
Díez Usabiaga se refirió a la firma del texto sólo por estos dos sindicatos y la CEN como un modelo «excluyente y antidemocrático», además de «burocrático, oscurantista, prácticamente clandestino», y «así poco se puede conseguir, porque la patronal no está obligada a nada» al no incluir a «organizaciones que tenemos un nivel de representación importante» y no haber «una presión directa de los trabajadores».
«Celofán retórico»
En este sentido, la central abertzale considera que el acuerdo se gestó y firmó a «espaldas de la clase trabajadora, sin ningún tipo de información en las empresas y excluyendo casi a la mitad de la representación sindical de Nafarroa».
En cuanto a sus contenidos, en opinión de Díez Usabiaga el acuerdo está envuelto en «un celofán retórico muy amplio sobre objetivos, con lugares comunes en cuanto a cosas a desarrollar, pero en términos objetivos es un acuerdo vacío, que no va a responder a las verdaderas necesidades que tienen los trabajadores en Nafarroa», como son la precariedad, la siniestralidad o las deslocalizaciones.
Un acuerdo que, indica LAB, viene a «apuntalar una política económica, social y laboral nefasta para los intereses de la clase trabajadora».
Díez Usabiaga también criticó al presidente de la CEN, José Manuel Ayesa, quien en la presentación del nuevo acuerdo hace dos semanas señaló que «sólo desde las posiciones más miopes y sectarias» se niega el avance que ha supuesto en Nafarroa la concertación laboral, un argumento que LAB rechaza por entender que «en las cuestiones relevantes para la clase trabajadora estamos a la cola de las regiones europeas».
«Que Ayesa se aplique el cuento porque su problema no es de miopía sino de ceguera», subrayó Díez Usabiaga tras afirmar que «miserables son los que hablan todos los días de crecimiento económico, desarrollo o cohesión social a costa del 30% de precariedad, a costa de la explotación a jóvenes e inmigrantes, cuando usan políticas laborales basadas en la presión y el chantaje y cuando se forran a beneficios y siguen pidiendo ayudas fiscales».
Igor Arroyo, por su parte, coincidió en la denuncia del acuerdo firmado en Nafarroa por la patronal y los sindicatos UGT y CCOO, que pese a ser presentado como pionero por los firmantes lo consideró una «copia mimética» de los acuerdos firmados por estos sindicatos con la patronal española en Madrid.
Arroyo rechazó asimismo que los firmantes valoraran en su día los beneficios de su anterior acuerdo de 1995 -año en el que los mismos protagonistas firmaron el llamado Acuerdo Intersectorial sobre Relaciones Laborales- como «gran éxito», al entender que era falso que haya producido un incremento de empleos, un fenómeno que dijo se debe realmente a la incorporación de la mujer al mundo laboral, al aumento de la población y al ciclo de expansión económica europeo.
También rechazó por ofensiva la autocomplacencia de los firmantes, pues el empleo creado «ha sido de peor calidad, el despido se ha abaratado, la eventualidad se ha generalizado para las nuevas generaciones y las mujeres deben soportar peores condiciones», añadió.
Por todo ello, Arroyo insistió en que el nuevo acuerdo, «más allá de la retórica y de guiños que hace a políticas sociales, pretende legitimar socialmente la política económica y social de la derecha en Navarra».
Con ello, indicó Arroyo, «UGT y CCOO se prestan nuevamente a hacer en el terreno económico y social lo que ya venían haciendo en el laboral: legitimar esas políticas dar un cheque en blanco a UPN para seguir haciendo y deshaciendo a su antojo en Nafarroa».
