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Ouarzazate, el «Hollywood marroquí», busca inversores

Convertirse en el «Hollywood del Mediterráneo», que por algo está hermanada con Los Ángeles, y lograr que la industria cinematográfica internacional se interese definitivamente por sus hermosos escenarios naturales y, sobre todo, sus bajos precios, es el objetivo que se han marcado las autoridades de Marruecos, quienes anunciaron ayer una política de inversiones públicas en Ouarzazate, la ciudad donde Orson Welles rodó su «Othello».

GARA | RABAT

Marruecos ha atraído desde hace mucho a Hollywood y a los cineastas europeos por sus paisajes variados y Ouarzazate es la perfecta localización exótica. Fundada en 1928, durante el protectorado francés, su emplazamiento, al sur de Marrakech, era estratégico, pues separa las montañas del Alto Atlas del Gran Sur, dominado por el desierto. La kasbah de esta ciudad bereber, con sus casas de adobe rojas y marrones y las estrechas calles sin pavimentar, es el hogar de la mayoría de los figurantes, porque aquí quien puede trabaja para el cine, aunque, por supuesto, no se pague como en Los Ángeles.

Ouarzazate ha atraído a muchos cineastas como localización para películas de gran presupuesto, como «Gladiator» -varias de cuyas escenas se rodaron aquí- y «El reino de los cielos». Una de las últimas ha sido «Sáhara», interpretada por Penélope Cruz y Mathew McConaughey, pero Ouarzazate ha sido escenario de otras superproducciones como «La Momia», «Black Hawk Derribado» o «La última tentación de Cristo». Y eso sólo si tenemos en cuenta las superproducciones americanas y británicas. Ahora parece que se proponen convertirla en el «Hollywood del Mediterráneo» y conseguir así inversiones que cifran en un valor de dos mil millones de dirhams (180 millones de euros).

Esta localidad, que en 1949 acogió al equipo de rodaje de «Othello», la mítica película de Orson Welles, busca multiplicar por siete lo que gana con su industria cinematográfica. El anuncio, de tono propagantístico, se realizó a la vez que se facilitaban datos sobre las inversiones actuales, que se estiman anualmente en 300 millones de dirhams (27,3 millones de euros), siempre según datos del Consejo Regional de Souss Massa Draâ.

«Marruecos dedicará 43 millones de dirhams (3,9 millones dde euros) para que, con el año 2016 como meta, anualmente se filmen del orden de 38 largometrajes en esta zona (frente a los once de la actualidad)», indicaron en un comunicado las autoridades de esta ciudad hermanada con Los Ángeles. Acoger superproducciones hollywoodienses ha convertido en una tradición para esta localidad, situada a las puertas del desierto. Desde David Lean, quien filmó allí «Lawrence de Arabia», hasta Ridley Scott, quien acaba de terminar su cuarto rodaje en Marruecos, titulado «Body of Heces» y protagozado por Leonardo Di Caprio, pasando por «La última tentación de Cristo», de Martín Scorsese, o «Astérix y Obelix: Misión Cleopatra», los variados paisajes del sur se convierten en las localizaciones de decenas de películas todos los años.

A imagen de los estudios Warner Bros o los Dreamworld Film City, Ouarzazate se dotaría de infraestructuras suplementarias y diversificará sus servicios, particularmente en lo que se refiere a la pre y a la post-producción. En 2005, el «Hollywood marroquí», que disponía únicamente de dos estudios, creó el CLA (Dino de Laurentiis-Cinecitta), uno de los más grandes del mundo, a la vez que en Marruecos abrían sus puertas varias escuelas de cine con el fin de facilitar personal local cualificado a las producciones extranjeras.

Finalmente, Marruecos anunció que va reforzar diversas medidas para incentivar las producciones cinematográficas, como la fijación de una tarifa simbólica para el rodaje en los emplazamientos históricos, descuentos en el transporte aéreo con Royal Air Maroc, la exoneración de la IVA y la puesta a disposición del mundo del cine de los cuerpos oficiales del Estado (Armada, Marina...).

RODAJES

La ciudad ha sido escenario de rodajes de todo tipo, desde «El hombre que sabía demasiado» (1956), de Alfred Hitchcock, con James Stewart y Doris Day, hasta «El cielo protector» (1990), de Bertolucci, pasando por «007: Alta tensión (1987)», con Timothy Dalton.

ESTUDIOS

Cinecittá, el holding cinematográfico italiano, y el productor Dino de Laurentiis crearon allí el mayor estudio del mundo. Además hay cientos de extras con considerable experiencia y dispuestos a cobrar muy poco.

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