El de la violencia juvenil se ha convertido en el tema estrella de la derechista CDU para desmarcarse de su socio en la Gran Coalición, el SPD. Los socialdemócratas hacen lo propio y acusan a sus todavía aliados de utilizar este tema de forma absolutamente electoralista. Y es que el discurso de la CDU se centra en los ataques en los que jóvenes han dado fuertes palizas a otras personas, preferiblemente mayores. Los autores de los ataques que más eco han tenido en los medios del país no son de origen alemán. También habría sido posible hablar de la violencia juvenil que diariamente surge desde los ámbitos de la extrema derecha pero la elite política prefiere evitar este espinoso tema porque por un lado dañaría la imagen de su Alemania en el extranjero y por otro demostraría su fracaso total ante el emergente neonazismo en casa.

Acercarse periodísticamente a los bisnietos de Hitler y su cada vez más patente presencia en las calles llevaría a reconocer asimismo ciertos paralelismos entre la política del Führer y algunas medidas que hoy propone aquella derecha que se considera «democrática».

En el estado federal de Renania del Norte Westfalia, el más poblado de Alemania, la CDU ha propuesto de internar a delincuentes jóvenes en los denominados boot camps. Una vez más se intenta implantar este modelo de reclusión ya existente en EEUU. La riqueza de la lengua alemana habría permitido sin duda alguna dar a esta instalación una denominación propia, pero tanto la historia como también lo políticamente correcto prohíben el uso de la palabra Lager porque recuerda los «campos» de los nazis. Aparte de los campos de exterminio había Lager especiales para «jóvenes antisociales», controlados por la Gestapo. Para evitar cualquier asociación entre el pasado y el presente, la CDU prefiere camuflarla idea con el término inglés boot camp.

Para solaz de los neonazis

Sin embargo, el partido neonazi NPD sí sabe inglés y leer entre líneas: ha felicitado tanto a la CDU de Renania como también al ministro-presidente Koch por la idea de echar a los jóvenes delincuentes extranjeros del país. Los neonazis lo están exigiendo desde hace décadas, y ahora la derecha democrática ha hecho suya esta petición. Y no sólo eso.

El ex ministro de Justicia de Baja Sajonia, Hans-Dieter Schwind (CDU), propuso una «ciudadanía a prueba» para extranjeros que la solicitaron.

«Quien después de haber recibido su ciudadanía aparece repetidas veces como delincuente, de esta persona habría que despedirse» explicó a la prensa. Según la Ley Fundamental, no es posible revocar la ciudadanía a un alemán si no ha cometido ningún fraude a la hora de solicitarla. La última vez que el Estado alemán procedió a «desnacionalizar» a sus súbditos fue durante el nazismo (1933-45).

El SPD intenta sacar ventaja de la derechización de la CDU atacando de frente a su socio de Gobierno y defiendo la legislación vigente.

Según las recientes encuestas, la CDU obtendría a nivel nacional el 39% de los votos si hoy hubiera elecciones generales. El SPD llegaría al 30%, subiendo un punto mientras que la Unión de Merkel ha bajado uno. El partido liberal (FDP), los verdes y el partido socialista Die Linke se mueven todos alrededor del 9%.

Se espera que este último entre por primera vez en los hemiciclos de Hesse y Baja Sajonia en los comicios regionales del 27 de enero. Un mes después podría repetir este éxito en Hamburgo. El resultado de esas elecciones va a influir tanto en la política nacional como en la elección del candidato del SPD a canciller en 2009.