GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

Ocupación y resistencia en irak

El ejército islámico, puntal contra la ocupación

El Ejército Islámico de Irak es a día de hoy el movimiento más fuerte de la resistencia sunita iraquí. Con una visión que integra el islam en su ideario nacional, se ha convertido en enemigo feroz de al-Qaeda y de sus métodos indiscriminados.

p006_f01_250X132.jpg

Dabid LAZKANOITURBURU

En cuatro años de lucha armada contra el invasor estadounidense, el Ejército Islámico de Irak se ha reafirmado como el movimiento más fuerte de la resistencia sunita en el país ocupado. El Ejército Islámico «es de lejos el primer grupo de la resistencia antiestadounidense y el mejor estructurado», asegura el experto universitario francés Jean-Pierre Filiu.

Fundado oficialmente en febrero de 2004, «se formó en origen como una amalgama de grupos de combatientes del llamado Triángulo de la Muerte (región sunita al sur de Bagdad), y que logró superar su dimensión inicialmente local», añade Filiu.

Muy bien implantado en el oeste y en el centro-norte iraquí, mayoritariamente sunita, este grupo lidera una de las dos principales corrientes nacionalistas de la resistencia sunita. La inmensa mayoría de sus miembros participan de esta confesión mayoritaria del islam -aunque minoritaria en Irak- y no faltan entre ellos militares de los tiempos de Saddam Hussein.

Sin líder oficial, «funciona probablemente con un modelo confederal, con una dirección colegial al frente y con buenos contactos en Siria y Jordania», añade el experto.

El Ejército Islámico considera «a las fuerzas de ocupación y a todos los que colaboran con ellas como objetivos legítimos», asegura su portavoz, Ibrahim al-Chimmari. También incluye entre sus objetivos a los «agentes de Irán» y a las milicias chiítas -en clara referencia al Ejército y la Policía y al Ejército de El Mahdi respectivamente-, aunque declara oficialmente no albergar hostilidad alguna hacia la mayoría chiíta.

Nunca recurre a los atentados suicidas, y mucho menos a los ataques indiscriminados contra la población civil, aunque ello no obsta para que el Pentágono les califique de «brutales terroristas».

Ha reivindicado, eso sí, capturas de periodistas y agentes extranjeros, algunos de los cuáles han sido ejecutados.

Pero el Ejército Islámico es sobre todo conocido por acciones espectaculares contra los ocupantes y por su capacidad de difusión mediática, incluido el fenómeno del francotirador conocido como Juba.

En noviembre de 2003 filmó un ataque con un misil a un Airbus civil. En abril de 2005, difundió en internet un vídeo en el que mostraba un helicóptero MI-8 de la firma de mercenarios Blackwater abatido al norte de Bagdad. En las imágenes se veía a un combatiente ejecutando al único superviviente del ataque, un copiloto búlgaro.

A mediados del año pasado selló una alianza con otros grupos de la resistencia preferentemente islamista pero iraquí.

Su islamismo no ha impedido a esta organización enfrentarse abiertamente desde 2006 a grupos en la órbita de al-Qaeda. Tras protagonizar algunas operaciones conjuntas hasta 2005, el Ejército Islámico se desmarcó de estos grupos en 2006 y lidera la lucha dentro de la resistencia contra estas facciones conocidas por su rigorismo y por sus métodos de guerra indiscriminados.

«Estas malas relaciones se explican por sus actos perversos contra nuestros hombres y los civiles, a los que debemos protección», asegura al-Chimmari, que confirma que esta lucha intestina «nos ha obligado a adaptar nuestras tácticas, privilegiando por ejemplo las operaciones de seguridad cualitativas y nuestro trabajo de inteligencia».

Relaciones con las milicias tribales

Que sean enemigos de al-Qaeda no implica su alineamiento con las milicias tribales sunitas aliadas actualmente con las fuerzas ocupantes. Al-Chimmari reconoce que estas fuerzas -algunos analistas hablan de 77.000 hombres armados a sueldo de Washington-, conocidas con el calificativo de «El Despertar» y que tras nacer en la provincia occidental de al-Anbar se han extendido hasta la capital, «nacieron contra los excesos de al-Qaeda. El ocupante aprovechó la oportunidad para apoyar la creación de estas milicias y permitir un triunfo a la nueva estrategia del presidente» George W. Bush, añade.

Filiu asegura que muchos de sus guerrilleros se habrían alistado en las milicias tribales. «Quizás de manera consciente, el Ejército Islámico tiene un pie en esas milicias y lo que es seguro es que no las combate».

Al-Chimmari asume algunas fugas pero insiste en que «no tenemos nada que ver con ellos y no hay ningún caso de nadie que sea a la vez miembro de ambos grupos».

El portavoz guerrillero esgrime, como principal razón, «la ausencia a día de hoy de ningún proceso político verdadero» como alternativa a la lucha armada contra la ocupación. Así, y mientras algunos líderes tribales de estas milicias estarían buscando su cuota de poder negociando con la alianza de gobierno chiíta y kurda, el Ejército Islámico defiende una solución política que pasa por la salida del país de los ocupantes y de sus agentes colaboradores.

Es en ese marco en el que sitúan la creación en octubre de un Consejo Político de la Resistencia Iraquí, que agrupa a media docena de grupos guerrilleros.

Una iniciativa política que parte del compromiso de luchar hasta el fin de la ocupación. «Estamos preparados para una larga batalla (...) Resistiremos a las fuerzas americanas hasta que el último soldado americano abandone nuestra tierra».

Tres corrientes en la oposición armada sunita contra la ocupación y el chiíta Ejército de el Mahdi

El Ejército Islámico lidera el Consejo Político de la Resistencia, que incluye al Ejército de los Mujahidin, el Ejército de los Fatihine (Conquistadores) y a una rama disidente (la Comisión Jurídica) de Ansar al-Sunna, grupo islamista con base en Kurdistán, al Frente Islámico de la Resistencia Iraquí y al Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas en Irak).

Por su parte, media docena de grupos nacionalistas, entre ellos los herederos del prohibido Baaz (socialistas panárabes), se alinearon en octubre a las órdenes del número dos de Saddam, Ibrahim al-Duri.

El tercer grupo lo forma el Estado Islámico de Irak, capitaneado por al-Qaeda y que incluye a grupos islamistas como Ansar al-Sunna.

Una radiografía de la resistencia no es completa sin incluir al Ejército de El Mahdi, milicia del movimiento chiíta al-Sadr, ferozmente antiocupante aunque oficialmente en tregua desde hace meses. D.L.

El retorno del francotirador Juba, héroe y mito de la resistencia iraquí

A través del visor de un fusil de precisión, la silueta de un soldado se asoma a la ventana de un mirador de hormigón. Una detonación. El cuerpo se desploma como una marioneta y cae de la torre. El francotirador Juba acaba de actuar.

Un nuevo y tercer vídeo de este misterioso tirador de élite del Ejército Islámico de Irak está disponible desde diciembre en internet con el objetivo de «decir la verdad al pueblo americano», asegura el comandante de las brigadas de francotiradores de esta organización, con el rostro encapuchado y un pañuelo keffieh alrededor de su cabeza.

Juba -nombre de guerra- hizo su aparición en la red en 2005 con un vídeo de calidad mediocre pero que saltó a la fama por sus imágenes de soldados desplomándose bajo las balas. El segundo vídeo, en octubre de 2006, lo convirtió en un mito y en el héroe de la juventud sunita y tuvo un impacto considerable no sólo en el mundo árabe sino incluso en Occidente.

Individuo real -o reales- o invención propagandística, «el francotirador de Bagdad se ha convertido en una leyenda», reconoció el año pasado la Jamestown Foundation, que alertó de la necesidad de conjurar rápidamente la amenaza.

Juba (www.baghdadsniper.net) es la estrella del frente mediático del Ejército Islámico de Irak, con el que ha conseguido competir con los vídeos de la sección iraquí de Al Qaeda.

El comandante de los francotiradores del grupo guerrillero no da cifras de bajas estadounidenses pero habla de «diez agentes iraníes (soldados y policías nativos) muertos cada día». «Los americanos han reforzado sus contramedidas pero nuestros francotiradores son mejores que ellos. Tienen pocos minutos para localizar el objetivo, disparar y darse a la fuga», añade, para augurar la llegada de nuevos fusiles y silenciadores, «con los que el enemigo se va a llevar muchas gratas (sic) sorpresas».

El Ejército estadounidense odia referirse a este o estos «sujetos». «Los tiradores de élite son una amenaza que tenemos en cuenta todos los días», señala el portavoz militar y general Kevin Bergner. Herve BAR

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo