Las enfermedades profesionales, a primer plano en la UE de los 27
El Parlamento Europeo aprobará mañana que las enfermedades profesionales figuren al mismo nivel que los accidentes de trabajo en la Estrategia Comunitaria de Salud y Seguridad en el Trabajo 2007-2012. La Comisión de Empleo y Asuntos Sociales pide a la Comisión Europea que adopte los mecanismos adecuados para reforzar la seguridad de los trabajadores.
Juanjo BASTERRA |
La Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo ha cuestionado la Estrategia Comunitaria de Salud y Seguridad en el Trabajo 2007-2012 debido a que no recoge actuaciones concretas para reducir la incidencia de las enferme- dades profesionales en el conjunto de la UE. Sí, en cambio, se marca una meta de reducir en un 25% los accidentes de trabajo en ese período.
También reclama que en el texto de la estrategia europea figuren con los mismos derechos, en cuanto a las enfermedades profesionales, los trabajadores con contratos de duración determinada o los que accedan por medio de una empresa de trabajo temporal. «La Comisión Europea debe subsanar urgentemente esta carencia», indica la comisión parlamentaria.
Para la británica Glenis Willmott, ponente en este tema en la comisión parlamentaria, ese paso es «adecuado y positivo», pero debe extenderse a las enfermedades profesionales. En este caso, cita de forma directa las cifras de siniestralidad que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) realiza para el año 2006. Según Willmot, en la UE murieron como consecuencia de un accidente de trabajo o de una enfermedad profesional unas 167.000 personas aproximadamente.
A esta dramática estadística la parlamentaria añade que la Comisión Europea reconoce que cada año son «unos 300.000 los trabajadores que sufren una invalidez permanente de diferente grado». Esos datos ponen de manifiesto el problema tan importante que se está produciendo en los puestos de trabajo, por lo que «lamenta el silencio de la Comisión Europea sobre los objetivos de reducción de las enfermedades profesionales». Por ello, el parlamento Europeo pedirá este martes al gobierno comunitario que revise los sistemas que existen para medir las enfermedades profesionales para contar con unos datos reales «especialmente los cánceres de origen profesional», con el fin de establecer objetivos para su reducción.
En este caso, los europarlamentarios apremian a la Comisión Europea a que transforme la lista europea de enfermedades profesionales «en una directiva de mínimos». Exigen que la estrategia comunitaria de cara a 2012 no sólo se limite a los accidentes de trabajo, sino que contemple las enfermedades profesional, a la vez que cubra tam- bién «otros factores de tipo social, puesto que la salud de los ciudadanos viene determinada por varios aspectos relacionados con el trabajo como el tipo de contrato, las condiciones laborales y las posibilidades de empleo».
Willmott también destaca que «en los cambios en las relaciones laborales y el aumento de la precariedad también plantean problemas de índole medioambiental, sicológico y social que deben abordarse».
Entre otras reclamaciones, el Parlamento Europeo exige que se elabore una Carta para la Protección de los Derechos de las personas aquejadas de cáncer o de otras enfermedades crónicas en el lugar de trabajo «con miras a exigir a las empresas que ofrezcan a los enfermos la posibilidad de seguir trabajando durante su tratamiento y de regresar al mercado de trabajo al término del mismo».
También expresa «la profunda preocupación existente por la tasa excesivamente alta de accidentes que sufren los trabajadores temporales o con contratos de corta duración, así como los trabajadores de baja cualificación, ya que en algunos estados miembros asciende, como mínimo, al doble de la tasa correspondiente a los trabajadores permanentes».
Cita de forma directa al sector de la Construcción como uno de los más peligrosos para los trabajadores temporales, pero afirma que se está produciendo «un riesgo creciente en la Minería, la Metalurgia, la Siderurgia y la Construcción Naval». Por lo que pide a los estados miembros que exijan las inversiones necesarias «para que se garantice la salud y la seguridad en el lugar de trabajo».
La normativa europea sobre seguridad y salud en el trabajo confiere a los empresarios la responsabilidad de tener los centros de trabajo en condiciones de seguridad y de salud adecuadas. La Comisión de Empleo y Asuntos Sociales aprobó por amplia mayoría el informe Willmott en el que se asegura que «la evaluación de los riesgos a nivel empresarial no es una actividad excepcional, sino que debe realizarse periódicamente y adaptarse a los nuevos riesgos». Recuerda, por ello, a los empresarios que «la ausencia de evaluación o una evaluación deficiente es ilegal, y es una de las causas principales de los accidentes y enfermedades profesionales».
La comisión parlamentaria de Empleo propone la elaboración de una Carta para la Protección de los Derechos de las personas aquejadas de cáncer o enfermedades crónicas en el lugar de trabajo para que no queden desamparadas en el mercado laboral.
En la lectura que han realizado los europarlamentarios de la estrategia europea destaca también la labor inspectora. El informe de Glenis Willmott, aprobado por amplia mayoría, recoge que «las inspecciones desempeñan una función importante en el cumplimiento de la legislación existente» y, por lo tanto, «para evitar la explotación en el lugar de trabajo».
Reclama, por ello, a todos los estados que refuercen esta actuación. En este sentido, fija que «como mínimo» debe haber un inspector por cada diez mil trabajadores. En Euskal Herria esa tasa casi se duplica, puesto que hay un inspector por cada 18.000 trabajadores. Los europarlamentarios piden que se amplíen las competencias de los mismos ofreciéndoles formación multidisciplinar e indicándoles que actúen en los de más riesgo.