Una pelota lanzada por Iñigo Pascual al colchón de arriba del frontón Astelena de Eibar puso fin a un partido lleno de imprecisiones que se decantó finalmente del lado de Asier Olaizola e Iñaki Otxandorena. El de Goizueta y el de Mugairi, que sustituyó a Rubén Beloki por lesión, dieron la vuelta así a un partido que se les puso muy cuesta arriba con el 18-11 en contra.

Hasta ese momento, Iñigo Pascual se bastaba para mantener a raya a los azules. Miguel Capellán, que sustituyó a última hora a Xala por una tortícolis del labortano, estaba siendo superado en los cuadros alegres por Olaizola I, pero el partido se estaba decidiendo en la zaga. Pascual dominaba con contundencia, mientras que Otxandorena, al estilo del choque que jugó en la primera jornada del Parejas junto a Aimar Olaizola, en sustitución de Oier Zearra, no aportaba demasiado.

Rebote de Pascual

Los colorados iniciaron el duelo con un parcial de 5-0, merced a los pelotazos del de Abartzuza y a tantos tan notables como una volea de zurda enviada al ancho por Capellán, una de las pocas acciones en las que lució su ayer ausente capacidad rematora. La brecha llegó a ser de siete tantos, tras un rebote de Pascual que supuso el 15-8. Olaizola, con la dejada como arma -firmó los tantos más bonitos de la tarde-, mantuvo con vida a los de Asegarce, pero el 18-11 parecía definitivo. Parecía, pero no lo fue.

El navarro de Aspe desapareció de la cancha sin razón aparente. Dejó de dominar y empezó a cometer errores, a los que se sumaron los realizados por su compañero. Olaizola I, el único que mantuvo una mínima regularidad a lo largo del duelo, aprovechó ese altibajo y no dudó en castigar al zaguero colorado. Los errores se convirtieron así en monopolio de Pascual y Capellán, que vieron como sus rivales lograban situarse por primera vez por delante merced a su insistencia (18-19).

A partir de ahí, el choque se convirtió en un cara o cruz que se lo llevó el menos fallón.