Yu Xiangchung ha volado desde la capital tailandesa, Bangkok, para que le atienda en Shanghai el doctor Pei Xianmin. Hace un mes que tiene intensos dolores en el talón, y los fármacos sólo se lo alivian. Los médicos no le dan mayor importancia, ya que las pruebas no muestran anomalía alguna. «Pero me duele tanto que a veces tengo problemas para caminar», se queja. Su cojera confirma la dolencia.

Xianmin le atiende en el segundo piso del Instituto Qi Gong, donde está especializado en acupuntura y tratamientos avanzados de medicina tradicional china. «Habrá que hacer diferentes pruebas, a ver a cuál responde mejor», le advierte. La sesión comienza con acupuntura. Xianmin le aplica varias agujas en ambas manos, donde se encuentran los puntos que controlan el talón. Tendrá que esperar media hora. Parece un milagro, pero Xiangchung reconoce sentir mejoría pasado ese tiempo. «Es un caso fácil», admite Xianmin, que lleva treinta años investigando sobre las líneas de energía del cuerpo humano, la base sobre la que se sustenta la acupuntura. «Generalmente, cuando hay dolor es por problemas, obstáculos, en las líneas de nuestra energía corporal», dice.

La artritis de Ge Yinmei, otra de sus pacientes, está ya muy avanzada, y necesita de un tratamiento más prolongado. En algunas de las agujas que cubren el cuello de Yinmei, de 61 años, el médico aplica ligeras descargas eléctricas. «Es una mezcla de terapia tradicional y occidental», explica Xianmin. «Con la electricidad consigo activar el tejido cercano al punto, incrementando el poder de la acupuntura». Desde que sigue la terapia del médico chino, hace ya cuatro meses, la mujer asegura haber mejorado la movilidad de su hombro.

Parece magia.

Desde la perspectiva occidental lo es. Os cuesta comprender que algo pueda curarse, o mejorar, sin tomar medicamentos. Pero en nuestro cuerpo hay unos 365 puntos que lo controlan a través de impulsos eléctricos que discurren por varias líneas. Conociendo su funcionamiento, se puede alterar su curso y obtener resultados importantes.

¿Sirve esta medicina para todo tipo de dolencias?

Hay que tener en cuenta que no sustituye a la cirugía, y que, en muchos casos de enfermedades graves, no es capaz de dar los resultados de los tratamientos habituales. En gran medida, tiene que ver con el hecho de que la tradicional es una medicina suave, sin efectos secundarios. En mi opinión, si bien puede dar solución a problemas leves y medios, su uso combinado con las técnicas hospitalarias en los casos más extremos, como puede ser el cáncer, ayuda mucho. De hecho, tenemos varios pacientes con esta tipología y todos han mejorado su calidad de vida, aunque no podamos curarlos. La medicina tradicional china devuelve la esperanza a muchos enfermos terminales, y, en casos muy concretos, puede incluso llegar a curarlos.

¿Por ejemplo?

No me gusta generalizar. Lo que sirve a un paciente puede no ser aplicable al siguiente. He tenido, por ejemplo, una mujer con un tumor en el útero que, según los médicos del hospital, era inoperable. Gracias al tratamiento que ha recibido aquí, ha cesado su crecimiento, aunque no ha desaparecido. En este caso, se puede decir que estamos alargando su vida, y su calidad de vida es óptima. Es la prueba de que la medicina tradicional ayuda a los desahuciados.

Sin embargo, la mayor parte de sus pacientes sufren dolencias leves o degenerativas. ¿Qué proceso sigue con ellos?

Lo primero es determinar el problema, localizarlo, y encontrar la terapia adecuada. Puede ser acupuntura, pero también `cupping' (técnica que mejora la circulación sanguínea), masajes o incluso pastillas de hierbas medicinales. Generalmente, el tratamiento es una combinación de todos estos métodos. En la mayoría de casos, diez sesiones son suficientes, aunque hay quien tiene que venir periódicamente durante toda su vida.

Supongo que la mayoría de sus pacientes será ya gente mayor.

Sí, aunque cada vez llegan más jóvenes. La consulta es un buen lugar para tomar el pulso a la sociedad. El tipo de vida que impera ahora, con largas horas ante el ordenador y mucho estrés, hace que adolescentes y jóvenes acudan a la consulta con dolores de espalda, de cabeza, trastornos del sueño o sexuales. Se ven muchos casos de depresión.

¿No prefieren tomarse una aspirina o una dormidina?

La mayoría lo hace, pero en la cultura china todavía está muy arraigado este tipo de medicina, y, generalmente, los padres animan a sus hijos a que vengan. La acupuntura, por ejemplo, es muy eficaz en los problemas con el sueño, y ayuda a los estudiantes en época de exámenes.

¿Qué me dice del té, uno de los pilares de la tradición china?

Es una bebida fantástica. Hay cientos de variedades y cada una tiene sus propiedades. Algo parecido existe en Occidente con la cultura del vino. Ambos son naturales, y tomados en dosis lógicas tienen efectos muy positivos sobre la salud. Comparado con el café, el té es mucho más suave y no tiene efectos secundarios tan acentuados. Ayuda a limpiar el organismo y es una de las razones por las que somos un pueblo relativamente sano. No hay que olvidar que la tradición se basa en siglos de experiencia.