GARA > Idatzia > Paperezko lupa

Maite SOROA

Desde la selva

Voy a confesar que Jaime Larrinaga, el clérigo oficial del nacionalismo español por estos pagos, me resulta chirene, casi simpático. Y es que tiene cada ocurrencia... Ahora escribe desde Wonkén, en la gran sabana de Venezuela, donde dice estar «muy feliz de encontrarme entre los indios pemones». Pues mira qué bien. Y desde tan remoto lugar se preocupa por las cosas que aquí pasan. Por ejemplo, habla Larrinaga del parón navideño del fútbol español para advertir que «los partidos nacionalistas aprovecharon ese `parón' para utilizar el deporte, en este caso el fútbol, para sus fines partidistas, para una exaltación nacionalista en Euskadi, en Cataluña y este año, con gran escándalo, también en Galicia». Me imagino al pobre Jaime, angustiado, contando sus penas a los indios pemones, que tienen que saber de fútbol lo que yo de filatelia, digo. Lo que le duele a Larrinaga es que «para completar la `fiesta', los nacionalistas se manifestaron horas antes por las calles reivindicando la independencia».

Aunque está en la gran sabana, entre pemones, Larrinaga dice estar bien informado: «En Bilbao, en San Mamés, con lleno completo, se celebró una pachanga de partido entre Euskadi y Cataluña (...) Lo que les importaba era organizar una gran `fiesta' nacionalista. Digo nacionalista porque hay muchos vascos que no lo celebramos (...) Los que no fuimos somos también vascos, que gozamos de buena salud, y que tenemos nuestro origen en los tiempos más remotos de la Historia». Pero, ¿no estaba entre indios pemones en Venezuela? ¿cómo iba a venir?

Pero sube el tono y advierte que «fiestas de esta índole son una desgracia para Euskadi. Sirven para ahondar más en la ruptura de la sociedad vasca y para romper, más aún, los antiquísimos lazos de unión con el resto de España».

Y para concluir Larrinaga aporta su boutade: «A un Gobierno, como el español, que da alas a los nacionalistas y sigue negociando con los terroristas, le pido que incluya en el orden del día de la negociación con ETA cuándo la selección española de fútbol podrá jugar en Bilbao, donde hay una de las mejores aficiones de España, y cuándo, también, la Vuelta a España podrá entrar en Euskadi, cuna de una gran afición ciclista. No hay normalidad, no hay democracia en Euskadi. Y sin normalidad y sin democracia, ¿piensan celebrarse elecciones en marzo?». Mira por dónde, en esto último le doy la razón. Aunque él no quiera.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo