Ridículo
Presos de sus propias palabras y amenazas, los mandatarios españoles no tienen más remedio que caer, un día sí y al otro también, en el ridículo político. Ahora le ha tocado a la alcaldesa de Hernani (ANV) desfilar ante la intitulada Justicia española por proclamar la solidaridad con dos ciudadanos vascos torturados. No se persigue la tortura sino a quien la denuncia. Normal, si tenemos en cuenta los antecedentes.
OLASO