CRÓNICA Presentación en Iruñea
Aznar, Quijote al rescate de Nafarroa contra la «farsa» de Euskal Herria
Del Burgo ve claro el problema: «Si viniera un extraterrestre, bilingüe claro, llegaría a la conclu- sión de que las vanguardias del Duque de Alba están a punto de aparecer por la Barranca o la aviación alemana calienta motores». La farsa con mayúsculas, añade Aznar, se llama Eus- kal Herria. Pero aquí están ellos para salvarnos.
Ramón SOLA
A tal objetivo responde el libro «Vascos y navarros en la Historia de España», coordinado por Jaime Ignacio del Burgo y presentado ayer en Iruñea con presencia estelar de José María Aznar. Con el título está todo dicho. Lo importante es el fin: contar a los navarros su verdad frente a las patrañas de «quienes se inventan naciones y utilizan los frutos de la violencia para reclamar soberanías imagina- rias», resumió el ex presidente.
Del Burgo lleva tiempo insistiendo ante el PP en que la clave de sus problemas es ésta: «Si viniera por estos pagos un extraterrestre, bilingüe claro está, y se pusiera a ojear ciertos medios de comunicación navarros o vascos, llegaría a la conclusión de que las vanguardias vasco-castellanas del Duque de Alba están a punto de hacer su aparición por la Barranca o que la aviación alemana calienta motores para arrasar la histórica villa foral de Gernika. Si nuestro extraterrestre se diera una vuelta por cualquier ikastola saldría de ella con la idea de que su nave había aterrizado en medio de un pueblo indómito, que aunque no figure en los mapas tiene por nombre Euskal Herria (...) Aprendería que este pueblo indomable se encuentra sometido por dos poderosos estados que practican una política genocida», continuó. A eso le llama Del Burgo «adoctrinamiento basado en una atroz manipulación de la realidad histórica». A lo que se ve, la derecha navarra no lleva siete décadas gobernando en Nafarroa, escribiendo su historia e imponiendo su educación.
Del Burgo se trajo a Aznar para que le ayudara en ese peculiar combate contra fantasmagóricos molinos de viento (para no existir, ya les da lata Euskal Herria). Cual Quijote moderno, el ex inquilino de La Moncloa instó a los navarros a no despistarse: «En estos cuatro años hemos asistido al ensayo general de lo que puede ser una representación trágica de naciones inventadas, hemos visto estatutos que crean naciones inventadas...». Les exhortó a que saquen de La Moncloa al PSOE, sobre todo después de que «ayer supimos que el presidente del Gobierno decidió sentarse a seguir negociando políticamente con los terroristas poco después de que éstos asesinaran a dos personas en un atentado». Y, con esa melena que confiere ahora un aspecto aún más quijotesco, avisó por fin a los navarros: «De todos los españoles, sois vosotros los que probablemente más os jugáis en el envite».
Si Aznar ejercía de caballero andante al rescate, Del Burgo se vistió de fiel Sancho Panza. Un ejemplo: «A las seis de la tarde de aquel aciago 14 de marzo de 2004, cuando parecían soplar ya vientos de derrota, sentí el deber de llamar a La Moncloa para decirle: `Pase lo que pase, la historia te recordará como el mejor presidente de nuestra democracia'», narró. No es de extrañar que el de ayer fuera un día muy sentido para Del Burgo, que con la disolución de las Cortes veía acabada una larga carrera política. Aznar elogió su labor como escudero de la causa: «Hay más sitios que el Congreso para seguir sirviendo. Ni yo me voy a librar, ni tú tampoco. Y si te quieres librar, ya me encargaré yo de que no puedas», avisó.