El Partido Nacionalista Kuomintang de Taiwán (KMT), el principal grupo de la oposición, venció el sábado al gobernante Partido Democrático Progresista (DPP) del presidente, Chen Shui-bian, debilitado por escándalos de corrupción. La victoria del KMT supondrá un cambio en las relaciones de la isla con la parte continental, que se atribuye la soberanía sobre los taiwaneses desde el final de la guerra de 1949.

El KMT, con 81 (72%) de los 113 escaños parlamentarios, venció de manera rotunda. El DPP, que presentó los comicios como una elección entre China y Taiwán y apeló al nacionalismo isleño, tachando al opositor KMT como corrupto, antidemocrático y dispuesto a venderse a China, obtuvo 27 escaños (24%). El resto quedaron repartidos entre otras formaciones políticas.

Desaprobación

Los resultados suponen una fuerte desaprobación de la política de Chen Shui-bian, centrada en impulsar el nacionalismo taiwanés y en no abrir lazos económicos con China. La propuesta del Kuomintang, partido que una vez gobernó toda China, de acercar posturas con el gigante asiático y centrase en la mejora económica, dejando de lado cuestiones ideológicas o nacionalistas, derrotó la determinación oficialista de proseguir un camino propio sin hacer concesiones a Beijing.

Esta victoria hace más probable que el KMT recupere la Presidencia del país, con su candidato Ma Ying-jeou, en los comicios del 22 de marzo, una jornada electoral en el que también se celebrará una consulta popular sobre el ingreso de la isla en las Naciones Unidas bajo el nombre de Taiwán.

China se ha atribuido la soberanía sobre Taiwán desde 1949, cuando las derrotadas fuerzas del KMT se retiraron a la isla. Desde entonces, el Gobierno chino ha prometido recuperar el control sobre la región autogobernada, amenazando incluso con el uso de la fuerza.