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senderismo Camino Natural del Ebro

GR 99 recuperando los senderos del agua

El pasado mes de diciembre se inauguró el Camino Natural del Ebro, que consta de 1.280 kilómetros y 42 etapas, varias de las cuales transcurren por Araba y Nafarroa. Juan Mari Feliú, uno de los promotores de la iniciativa, habla de este gran proyecto.

Andoni ARABAOLAZA | DONOSTIA

El senderismo en el Estado español está de enhorabuena. Sí, uno de los grandes proyectos se ha hecho realidad. Nos referimos al «GR 99, Camino Natural del Ebro», un sendero de gran recorrido con 1.280 kilómetros y dividido en 42 etapas. Desde el Fontibre (Cantabria) hasta el Delta del Ebro (Catalunya), este nuevo GR atraviesa Cantabria, Castilla-León, Hego Euskal Herria, Aragón y Catalunya. Cruza por un Parque Natural, cinco reservas, 6 enclaves naturales, 3 áreas naturales singulares, dos espacios RAMSAR (Humedales de Importancia Internacional), numerosos espacios ZEPA (Zonas de Especial Protección para Aves) y varios LIC (Lugares de Interés Comunitario). Desde las montañas alpinas de Cantabria, las zonas atlánticas de su primer tramo; pasando por el paisaje ibérico de La Rioja, Araba y Nafarroa, siguiendo por las estepas y desiertos aragoneses, y terminando por las montañas y bosques mediterráneos catalanes.

Una gran oferta que forma en su conjunto uno de los senderos con mayor biodiversidad y variedad de paisajes de toda Europa. Una excelente forma de recuperar un viejo patrimonio, de articular el territorio de forma humana y de ofrecer una gran posibilidad de viaje a los senderistas y montañeros en general. Qué más se puede pedir a este proyecto que se inauguró el pasado 18 de diciembre y que es, a la vez, la primera realización de la «Red de Itinerarios y Caminos Naturales de Estado. Caminos del Agua».

Pues bien, en la inauguración de este nuevo sendero estuvo presente nuestro compañero Juan Mari Feliú, una de las eminencias del senderismo tanto a nivel estatal como internacional; no en vano lleva, entre otras, la dirección de la «European Ramblers Association». Según nos adelanta Feliú, la historia de este GR viene de lejos y ha tenido algunos altibajos: «Las federaciones montañeras de ambas vertientes del Pirineo llevamos unos quince años relacionándonos para llevar a cabo diferentes actividades. Las de la vertiente sur se plantearon la posibilidad de recuperar los senderos del Ebro justo en una época en la que Cristina Narbona era secretaria de Estado en asuntos del agua. Se vio que iba a ser difícil llevarlo adelante sólo con las ayudas de los entes federativos, y, así, este proyecto se estancó. Pero, entre otros, con los temas de la Expo de Zaragoza y la figura de agua, hace tres años se volvió a rescatar. Esta vez se vio con buenos ojos, tanto por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro como por el Ministerio de Medio Ambiente; además, estos últimos eran los que más posibilidades tenían para aportar medios económicos. El sendero inaugurado es tan importante que está sirviendo de ejemplo en Europa; el mismo Ministerio de Medio Ambiente está dispuesto a seguir con el ejemplo con otros ríos del Estado».

Hace justo dos años se firmó el convenio entre el Ministerio y la FEDME, con la selección de los recorridos por parte de las siete federaciones de montaña implicadas. A partir de ahí, PRAMES redactó el proyecto con las propuestas presentadas; concretamente, esta empresa zaragozana se ha implicado desde el principio hasta el final para hacer realidad este proyecto. La señalización de todo el sendero también fue propuesto por PRAMES, quien avanza que «a la hora de trazar el sendero los trabajos han evitado los grandes movimientos de tierra, limitándose a desbrozar y marcar los antiguos caminos de la ribera. Más de 4.000 postes de seguimiento, 1.000 señales indicadoras de dirección y 100 paneles informativos han sido instalados».

Recuperar el patrimonio

Las dos orillas del río Ebro cobran «vida» de nuevo. Aunque parte del patrimonio ha desaparecido, otros elementos, en cambio, ya se han recuperado gracias a la irrupción de este sendero de gran recorrido. Todavía perviven algunos elementos, como los molinos, las pequeñas centrales eléctricas, las barcazas, los canales... En definitiva, se ha pretendido recuperar una gran vía de comunicación hoy olvidada y que durante siglos vertebró dicho territorio.

Y junto a ese patrimonio de la gente ribereña del Ebro, el GR 99 nos presenta un escenario naturalístico de gran índole. Esa es la idea: recuperar al máximo el patrimonio, conservarlo y ofrecerlo al público. Pero, como bien comenta Feliu, el impacto que pueda sufrir esta propuesta senderista debe ser el mínimo. Por ello, el respeto que deben tener sus usuarios es primordial: «El senderista y los que viven en las orillas del río pueden redescubrir ahora ese patrimonio. Este sendero está a pie de las zonas urbanas, y habrá que pagar el consabido tributo hasta que la gente se acostumbre al hecho de que esta propuesta forma parte del paisaje. La conservación de los itinerarios es, asimismo, primordial. Es una de las condiciones que cuando se señaliza y se oficializa un sendero, sea del rango que sea, tiene que haber un compromiso de los agentes que han llevado a cabo la iniciativa».

Lo adelantábamos: el «GR 99, Camino Natural del Ebro» es uno de los proyectos del senderismo más importantes de los que se han dado a nivel del Estado español. Y es que, como indica Juan Mari Feliú, es una iniciativa de rango superior que se sale de los parámetros que hasta hace bien poco regía el mundo del senderismo: «Ahora camina todo el mundo, y tenemos la obligación moral de que la gente tenga unas infraestructuras adecuadas. Hasta el día de hoy, no se había realizado un proyecto de este nivel. Tenemos el Camino de Santiago, la Vía de Plata, senderos que unen los Pirineos y el continente africano..., pero tienen otras características más montañeras. Con ésta del Ebro podemos recorrer de forma muy didáctica las dos orillas del río, ya que tiene un equipamiento destinado a la información y a los contenidos temáticos desde distintos puntos. Hay senderos más deportivos, otros con contenido cultural... éste, en cambio, tiene un mayor sentido didáctico. Se han preparado miradores ubicados en las partes altas de los acantilados, como, por ejemplo, los casos de Nafarroa y las Hoces del Ebro. Es una forma de ver las orillas del río y sus paisajes desde las alturas. No cabe duda de que de forma muy didáctica podemos conocer las orillas del río Ebro. En nuestro caso, el de Euskal Herria, el GR recorre, aunque sea un trayecto corto, la provincia de Araba: entra en Miranda de Ebro y sale a Haro. El trayecto más largo corresponde a Nafarroa. El recorrido linda con La Rioja, cruza por Alfaro y atraviesa lo que podemos denominar la bota de la provincia; es decir, la parte sur de Nafarroa».

De esta forma se nos presenta el «GR 99, Camino Natural del Ebro», una iniciativa en cuya presentación se publicó la guía del sendero, así como la página web exclusiva del mismo, donde se ubicará un compendio de informaciones que superan las de la topoguía, con los tracks y way-points de GPS descargables de todo el recorrido y un visor aéreo del trazado. También se presentaron las promos de una serie de televisión de 13 capítulos sobre este sendero de gran recorrido. Estas dos últimas propuestas de divulgación y otras estarán culminadas al final del primer semestre de este año.

biodiversidad

La propuesta forma en su conjunto uno de los senderos con mayor biodiversidad y variedad de paisajes de toda Europa. El recorrido lo han seleccionado las siete federaciones de montaña implicadas en el proyecto.

juan mari feliú

«Se han preparado miradores ubicados en las partes altas de los acantilados, como, por ejemplo, en Nafarroa y las Hoces del Ebro. Es una forma de ver las orillas del río y sus paisajes desde las alturas»

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