El Ejército paquistaní afirmó que ha matado a entre 70 y 90 milicianos, a los que vinculó con al-Qaeda, después de que éstos hubieran atacado una base y un convoy militar.

Siempre según la versión del Ejército, sus tropas se enfrentaron a «un número importante» de insurgentes que habían rodeado el fuerte de La-dha, una base militar en el distrito de Waziristán Sur, fronterizo con Afganistán, matando a unas 50 ó 60 personas. No lejos de allí, los combatientes islamistas atacaron un convoy militar con lanzamisiles y armas automáticas, produciéndose una respuesta del Ejército en la que murieron entre 20 ó 30 islamistas. El Ejército sostuvo que no tuvo bajas mortales y que en ambos ataques sólo cuatro soldados resultaron heridos.

Incremento de los combates

Combates de este tipo se han convertido en cotidianos desde hace días en las zonas tribales de Pakistán, donde Estados Unidos estima que al-Qaeda y los talibán afganos han reconstituido su capacidad operativa con el apoyo de tribus paquistaníes. El miércoles, cientos de combatientes islamistas se enfrentaron a tropas paramilitares en el mismo distrito de Waziristán del Sur, bastión de la tribu de Baitullah Medsud -uno de los principales líderes paquistaníes-, a quienes se acusa de ser miembros de al-Qaeda.

El Gobierno de Islamabad, en manos del general Pervez Musharraf, es un aliado clave de Washington en la llamada «guerra contra el terrorismo». Precisamente, mañana iniciará una gira por Bruselas, París y Londres para recabar apoyos.