Ante la actual situación mundial, es realmente difícil establecer un ranking de crisis humanitarias, una escala global de situaciones críticas que envuelven a colectivos humanos o a comunidades enteras. Como consecuencia de conflictos políticos tenemos las situaciones generadas por las ocupaciones de Irak y Afganistán, la invasión de Somalia por parte de Etiopía, los desplazados de Darfur, el caso de Myanmar... Y tenemos la situación de Palestina, en general, pero muy especialmente el sitio y el bombardeo continuo al que tienen sometidos los israelíes a los habitantes de Gaza.

El Gobierno israelí ha bloqueado las fronteras con esa parte de los territorios palestinos, donde en torno a millón y medio de personas están bajo asedio militar y con escasez de alimentos y recursos energéticos.

La situación en Gaza es límite. A la incapacidad de la ONU -simbolizada en su imposibilidad de traducir a hechos las palabras de denuncia respecto a esta situación- hemos de sumar la falta de compromiso de Al Fatah. Ayer mismo Mahmoud Abbas denunciaba los ataques aéreos y el cierre de fronteras de Gaza. Pero, al mismo tiempo, él y los suyos han abandonado a los habitantes de Gaza a su suerte al sabotear al Gobierno electo de Hamas y al acceder a una negociación sin contenidos con Israel y los EEUU. La situación de Gaza expresa la voluntad real de ambos.