El Estado francés niega la diversidad lingüística y hace caso omiso a toda recomendación
La situación de las lenguas minorizadas en el Estado francés -entre ellas el euskara- no tiene visos de cambiar. Periódicamente algún político realiza un esfuerzo para lograr un mínimo reconocimiento que acerque siquiera un poco el estatus de esas lenguas a las recomendaciones de los organismos internacionales en esa materia. Por ejemplo, las recomendaciones que diferentes entidades de las Naciones Unidas han realizado al Gobierno de la República. Sin embargo, esos pasos mínimos se topan sistemáticamente con el muro del jacobinismo francés. En esta ocasión se trataba de una pequeña modificación constitucional que hubiese permitido la aceptación -aunque fuese en su acepción más laxa- de la Carta Europea de Lenguas Regionales y/o Minoritarias. La enmienda ha sido rechazada al considerar la Asamblea que «no es el momento».
El Observatorio de Derechos Lingüísticos vasco ha denunciado que esa medida supone otro mazazo al euskara. En estos momentos sólo el esfuerzo de los distintos organismos sociales y de las personas comprometidas con la diversidad puede garantizar la supervivencia de esas lenguas. Es necesario apoyar ese esfuerzo.