La primera vuelta concluyó con derrota
El despertador azulgrana sonó demasiado tarde
El Sporting se llevó los tres puntos de Ipurua después de que un gol tempranero y la expulsión de Txiki le facilitasen las cosas en un partido en el que el Eibar esperó hasta el descanso para reaccionar.
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Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR
No hubo guinda para la gran primera vuelta del Eibar. El conjunto azulgrana cosechó una contundente derrota, a manos de un Sporting al que todo le salió a pedir de boca.
Un gol tempranero aprovechando la empanada inicial de los locales y la posterior expulsión de Txiki allanaron el camino de los asturianos, que remataron en la recta final con sendas contras. Lo peor es que no tuvieron que esforzarse más de la cuenta. Será la falta de costumbre, pero al Eibar le sonó el despertador demasiado tarde. Su reacción llegó tras el descanso y, además, fue insuficiente en duración y en resultado.
El 0-3 -el marcador más contundente de la temporada, junto a la derrota similar que encajaron los eibarreses frente al Hércules- pone fin a una gran racha, en la que el conjunto armero había empalmado cuatro jornadas de «media inglesa», con dos empates a domicilio y otras tantas victorias en casa, que incluso le había permitido plantarse en el ecuador liguero con posibilidades de empatar con los equipos en ascenso.
Habría sido, quizá, demasiado pedir para un equipo que, pese a todo, afronta la segunda vuelta de la mejor manera: más de la mitad del camino recorrido y buenas sensaciones.
No siempre, claro, y la de ayer fue, precisamente, una de esas excepciones. Porque el Eibar también tuvo algo que ver en el buen arranque de partido que protagonizó el Sporting. Pareció que los armeros salían al campo todavía con legañas en el campo, y ni siquiera el serio aviso de Diego Castro, cuando no se había cumplido el primer minuto, consiguió quitárselas. El peligroso jugador rojiblanco, de hecho, repitió un minuto después, esta vez por la derecha y acertando, para superar a Iván Cuéllar con un bonito gol.
Vaya cómo lo celebró la cincuentena de aficionados gijoneses que finalmente estuvo en Ipurua. Y es que el pique por la incomprensible polémica generada por el precio de las entradas convertía ayer la victoria en una meta casi más suculenta para las dos hinchadas que para sus propios equipos.
El gol tampoco fue suficiente para despabilar al Eibar, que jugaba con una combinación letal: despistes en defensa, poca contención en el centro del campo y escasa mordiente arriba. De esa que le sobraba a Diego Castro que, mediado el primer tiempo volvió a plantarse solo en el área, para lanzar esta vez el balón junto al palo. Tampoco estuvo falto un motivado Quique Mateo, que sirvió para Bilic, solo en el punto de penalti, aunque en esta ocasión Urzelai sí estuvo muy atento para enviar el balón a córner.
Canta el gallo
Por parte azulgrana, sólo Codina parecía capaz de hacer cantar al gallo. Acabó por conseguirlo con una buena jugada por banda derecha que no encontró rematador pero que animó a los suyos. Altuna y Goiria también lo intentaron en un primer tiempo que empezaba a coger mejor pinta hasta que, a tres minutos del descanso, Txiki se fue a la calle. No estuvo fino el navarro, entrando por detrás a Cámara, pero tampoco se lució el árbitro, con una rigurosa roja directa que no tuvo después continuidad en acciones similares a cargo de los visitantes.
Pese al mazazo, el Eibar ofreció sus mejores minutos a la vuelta de vestuarios. Si bien las ocasiones no fueron numerosas, ni especialmente claras -a excepción de sendos remates de Del Olmo y Biel Medina, que Roberto atajó con apuros-, sí lo fue la insistencia de los azulgranas. El empate parecía cercano, también para un Sporting que apenas se atrevía a salir del área en busca de una contra definitiva.
Pero el Eibar acabó por quedarse sin gas. Tampoco contribuyó el árbitro, dejando sin sanción entradas equivalentes a la que había realizado Txiki -una de ellas, de hecho, acabó con la expulsión de un calentísimo Javier Mandiola-, lo que acabó de enredar un partido que a los azulgranas se les fue definitivamente de las manos a veinte minutos del final.
La sentencia
Aprovechando que la reacción eibarresa empezaba a perder claridad, el Sporting se decidió a buscar la sentencia que, otra vez, consiguió prácticamente a la primera. Bilic se marchó hacia el área, una mala salida de Cuéllar acabó con el balón muerto junto al área, y Barral lo aprovechó para hacer el 0-2. Sólo dos minutos después llegó la puntilla, con un Bilic que esta vez sí pudo culminar el contragolpe sin ayudas.
Manix movió banquillo, pero fue demasiado tarde y la salida de Albert Yagüe y un Nico Medina al que siguen sin llegarle las oportunidades, no pudo resolver nada.
El árbitro y Quique Mateo pagaron la frustración del público que, sin embargo -y como sucediera también con el 0-3 frente al Hércules-, despidió a los suyos con una ovación. Tampoco es de extrañar, teniendo en cuenta que el Eibar despide la primera vuelta.
Culminando la polémica por el precio de las entradas -cuarenta euros, los mismos que se cobran en El Molinón los Días del club-, que provocaron el boicot de sus aficionados al partido, el Sporting saltó al campo con una camiseta en la que se podía leer «Respeto a nuestra afición».
Txiki no podrá enfrentarse el próximo domingo al Racing de Ferrol, choque que Javier Mandiola deberá seguir desde la grada, tras haber sido expulsados ambos ayer. No son los únicos que se perderán el partido, ya que Joseba del Olmo vio su quinta cartulina amarilla.
Bere taldeak egindako lanagatik harro, eskuratutako emaitzagatik triste eta epaileak egindakoagatik haserre. Horrela amaitu zuen Javier Mandiolak partida.
«Taldeak aurpegia eman du -azpimarratu zuen entrenatzaile eibartarrak-, baina guztien artean apurtu egin diote. Ez dugu amorerik eman. Hamarrekin geratu ondoren, partidaren pisua eraman dugu, baina Sportingek bere kalitatea erakutsi du eta, zoritxarrez, egindako esfortzuak ez digu etekinik eman».
Manixek onartu zuen, Eibar «beharbada erdi lo irten» zela. Eta etsaiak, berriz, «oso argi. Lehenengo bi minutuetan bi aukera sortu dituzte eta, gainera, horietako bat gola izan da. Baina gure buruaz jabetu eta saiatu gara eta gorantz ekin dgug, buruarekin baino, bihotzarekin egin badugu ere. Hala eta guztiz ere, zelaia eta baloia menderatu ditugu» gaineratu zuen.
Horren aurka, Sportingek golak ipini zituen eta epaileak, beste aldetik, gorri-urdinak oso haserre utzi zituen jarduketa. «Sekulako hutsegitea izan da -esan zuen Manixek Txikiren txartel gorriari buruz- eta epaileak partida hil du erabaki horrekin. Gerardek geroago egin duena argiagoa izan da eta txartel horia erakutsi dio. Epailea ez da ongi aritu», deitoratu zuen.
Entrenatzaileak, hala ere, haserrea lehen baino lehen ahaztu nahi zuen, «finean, partida bat besterik ez da. Porrot honekin ez da aldatuko gure denboraldia, ezta gure jokaera ere».
Manolo Preciadok, bestalde, «oso ondo» ikusi zuen epailea, baita bere taldea ere. «Lehen golarekin asmatzea oso garrantzitsua izan» zela onartu arren, «merezitako garaipena» izan zela esan zuen, «partida ona egin baitugu». A.U.L.