Al menos 40 personas murieron ayer -34 en Ruanda y seis en la República Democrática de Congo (RDC), según los respectivos gobiernos- como consecuencia de un seísmo en la región de los Grandes Lagos de África.

«Según las cifras que disponemos por el momento, han muerto 34 personas», declaró el ministro ruandés de Administración Local, Protais Musoni, mientras que el alcalde Bukavu (capital de la provincia de Kivu del Sur, en la RDC), Guillaume Bonga, cifró los óbitos en cinco.

«Las operaciones de salvamento se están centrando en sacar a la gente de los escombros de sus casas», añadió Musoni, destacando que tanto la Policía como el Ejército estaban participando en las tareas de rescate.

Tanto en Ruanda como en la RDC, los muros de varias iglesias se derrumbaron, atrapando a decenas de fieles que estaban asistiendo a la misa dominical.

Los heridos por el terremoto se cuentan a cientos. Así, Radio Rwanda informó de que sólo en la provincia del Oeste, se habían registrado 250.

Esta misma fuente añadió que diez de los muertos perecieron como consecuencia del derrumbe de la iglesia en la que se encontraban, en el distrito ruandés de Rusizi, fronterizo con la RDC.

En este país, además de los seis muertos, uno de ellos un niño que falleció ahogado en una avalancha humana, las autoridades contabilizaron cerca de 190 heridos.

Sólo en el hospital de Bukavu hubo 150 personas ingresadas por heridas provocadas por el seísmo.

En territorio de Kabare, a una veintena de kilómetros de Bukavu y situado en la zona del epicentro, el derrumbamiento parcial de la iglesia de Saint-Joseph provocó 37 heridos, cinco de ellos de carácter grave.