CRÓNICA | TINTÍN
«Stock de Coque» cumple cincuenta años de plena actualidad
Georges Remi, más conocido como Hergé, se hizo mundialmente famoso por su personaje Tintín, cuya personalidad le valió a su creador críticas por antisemita y racista, como ocurrió con la publicación, hace 50 años, de «Stock de Coque», uno de sus álbumes más emblemáticos.
Alicia GARCÍA DE FRANCISCO
Con una trama de trata de seres humanos de trasfondo, Hergé escribió una historia que podría ser hoy noticia de actualidad y que lo fue en aquella época, cuando el creador de Tintín se inspiró en un artículo que señalaba que la esclavitud seguía existiendo.
«Cada vez que Hergé acababa un álbum, trataba de buscar una buena idea para el siguiente, y en esa ocasión la encontró en un artículo que decía que existían esclavos, musulmanes a los que esclavizaban con la excusa de que los iban a llevar a La Meca», explicó, en declaraciones a Efe, Philippe Goddin, biógrafo del creador de Tintín y ex secretario general de la Fundación Hergé.
Ese artículo al que hace mención le pareció a Hergé una «buena manera de hacer intervenir a Tintín» en una asunto «original» y, a la vez «de actualidad», algo que interesaba mucho al autor, como demostró en otro de sus álbumes míticos, “El loto azul”, que se desarrolla en Shangai, en una época de tensiones entre China y Japón.
Con “Stock de Coque”, la decimonovena historia de Tintín, Hergé evolucionó en ese interés por la actualidad y escribió un «episodio de gran madurez» sobre un tema complicado, algo que «no era habitual» en los cómics de la época.
A pesar de que su idea era precisamente denunciar esa situación de esclavitud, Hergé se topó con críticas que le acusaron de racista, especialmente por el lenguaje que utilizaban los esclavos –musulmanes negros– y que fue modificado en una segunda versión de la historia.
Cambios en la nueva versión
«Hergé no pretendió en ningún momento ser irrespetuoso. No quería reírse de ellos» y por ello aceptó la sugerencia de su editorial de realizar una segunda versión del álbum, en la que «el lenguaje de los negros se suavizó y aparece más americanizado», explicó Goddin.
Sin embargo, con esos cambios lo que se logró, en opinión de su biógrafo, es precisamente lo contrario a lo que se pretendía, es decir, los esclavos pasaron a utilizar un lenguaje «más infantil, casi de bebés», que se puede considerar «como un poco racista».
Las críticas también afectaron al francés incorrecto en que se expresaba uno de los personajes del libro, el Emir Ben Kalishn Ezab, y que también fue modificado en la segunda versión.
El francés del Emir era el normal «de alguien que no conoce perfectamente el francés, el de un extranjero», y con los cambios introducidos pasó a utilizar «un francés mucho mejor pero incluso desfasado».
Philippe Goddin considera que con estos cambios Hergé dio satisfacción a las críticas que recibió, pero también cree que perdió parte de su espíritu, el de la burla que tanto utilizaba y que le llevaba a «reírse de todos, de los negros y de los blancos, sobre todo de los blancos».
En una entrevista publicada en el año 1971, Hergé reconocía que en alguno de sus primeros libros, como “Tintín en el Congo” (1931), se dejó llevar por lo que la gente contaba en Bélgica en aquella época, que decían que «los negros son como niños grandes», lo que trató de cambiar en el álbum “Stock de Coque”.
Favorito, pese a la polémica
A pesar de esa pequeña polémica, “Stock de Coque” se convirtió en uno de los favoritos de los seguidores de las aventuras de Tintín desde que empezó a publicarse por entregas en el año 1956 y como álbum completo a partir de enero de 1958.
Uno de los elementos que más gustaron a sus lectores fue la reunión en un solo álbum de muchos de los personajes secundarios que aparecían en otras historias del aventurero periodista. Desde Rastapopoulos –su acérrimo enemigo en varios episodios– al general Alcázar y el policía Dawson, vistos en “El loto azul”; el Emir Ben Kalishn Ezab y su insoportable hijo Abdallah, o la Castafiore, protagonista de varias de sus aventuras.
La razón de reunirlos no fue el simple azar, como explica Philippe Goddin. Hergé había recibido como regalo de Navidad el libro “El mundo de Balzac”, que resaltaba la cantidad de personajes que el gran novelista francés llevó de una obra a otra. Esto hizo pensar a Hergé que él también tenía una amplia colección de personajes, con tipos, personalidades y temperamentos muy marcados, que podrían aparecer en diferentes historias.
Si a eso se le añade también el diseño de la portada, con una imagen de fondo negro como vista a través de un ojo de buey, y considerada por algunos como la mejor de la serie de Tintín, hace que “Stock de Coque” se sitúe entre los «cinco, seis o siete mejores álbumes» de los 24 que publicó en total Hergé, según manifestó Philippe Goddin.