La guerrilla chadiana mantenía el asedio al palacio presidencial
La guerrilla chadiana mantenía ayer, por segundo día consecutivo, sitiada la sede del Gobierno, donde se encontraría el presidente, Idriss Deby. Los fuertes combates obligaron a la población a abandonar el centro de la capital, N'Djamena, pasto de los incendios y saqueos. Una precaria calma presidió la capital a última hora de la tarde tras intensos enfrentamientos con helicópteros de combate y artillería pesada en las inmediaciones del palacio presidencial.
GARA |
El Ejército chadiano lanzó en las últimas horas una contraofensiva destinada a contener el ataque de los guerrilleros que, por segundo día, mantenían sitiada la sede del Gobierno. Varios helicópteros bombardearon a los rebeldes, armados con ametralladoras montadas sobre vehículos ligeros, mientras se enfrentaban a las tropas y tanques chadianos en un intento de obligar a Deby a abandonar su cargo como jefe de Estado.
Un reportero de Reuters en la capital indicó que N'Djamena «está partida en dos». «Los rebeldes ocupan el Oeste y las fuerzas del Gobierno se encuentran en el Este», señaló.
Los combates dejaron centenares de heridos entre la población civil, según informó Médicos sin Fronteras. Algunos testigos indicaron que hay numerosos cadáveres en las calles. «Todo el mundo teme las balas perdidas (...) yo vi pasar por delante de casa a ladrones con bolsos y sillas sobre la cabeza», indicó un médico chadiano que reside en el centro de la capital. «Existe un gran miedo, tanto si gana Deby como si triunfan los rebeldes, a los arreglos de cuentas de después». El único mercado de N'Djamena y la radio nacional fueron destruidos por los incendios y los saqueos, según otros testigos.
La situación «sigue siendo muy confusa y es difícil determinar quién controla qué» en N'Djamena, indicó una fuente militar. El portavoz de los rebeldes del Comando Militar Unificado Abderraman Khoulamallahe indicó que a primera hora de la mañana lanzaron una primera ofensiva para probar su capacidad de resistencia.
Según la cadena árabe al-Jazeera, que mantiene una corresponsal en N'Djamena, los combates en torno al palacio presi- dencial, que eran muy intensos a primera hora de ayer, se fueron alejando a medida que transcurría el día. Todo parecía indicar que Deby, que no ha aparecido públicamente en los últimos días, estaba dentro del palacio, sostenido por sus tropas leales, apoyadas por helicópteros y vehículos blindados. Deby rechazó la ayuda del presidente francés, Nicolas Sarkozy, para salir del país en caso de que quisiera exiliarse.
Evacuaciones de extranjeros
Desde la noche del sábado hasta media tarde de ayer aviones militares franceses trasladaron a unas seiscientas personas desde N'Djamena hasta Libreville (Gabón). A primera hora de la tarde de salió el primer vuelo desde Libreville al Estado francés, con 202 extranjeros a bordo de un Airbus A310, que tenía prevista su llegada a medianoche.
En declaraciones a medios locales, el ministro de Defensa francés, Hervé Morin, aseguró que el número de quienes buscaban refugio en edificios controlados por el Ejército francés aumentaba y que el contingente militar se ocuparía de ellos.
Ante declaraciones como la del ministro francés de Defensa, Hervé Morin, señalando que los guerrilleros habían sido armados en Sudán, el gobierno de este país negó toda implicación. «Lo que pasa en Chad es un asunto interno y no tenemos nada que ver».
El líder libio, Muamar al-Gadafi, y el presidente del Congo, Denis Sasou Ngueso, han sido designados por la Unión Africana (UA) para buscar una solución a la crisis.
La agencia libia Jana indicó que en las últimas horas al-Gadafi ha hablado por teléfono con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y con el propio Idriss Deby, entre otros.
La Unión Africana anunció que expulsará a Chad del organismo si triunfa el movimiento rebelde. No obstante muchos de los actuales líderes africanos han llegado al poder gracias a golpes de Estado o por elecciones cuyo resultado ha arrojado dudas.
El actual presidente chadiano, Idriss Deby, llegó al poder a raíz de un golpe militar que lideró en 1993 para derrocar a su predecesor, Hisene Habré, que a su vez había alcanzado la presidencia en otro golpe de Estado en 1982. Después del primer presidente de Chad, Ngarta Tombalbaye, todos sus sucesores han llegado al poder debido a golpes de Estado o a rebeliones. La actual se agudizó desde que, en 2003, Chad comenzó a explotar sus yacimientos de petróleo, lo que desató fuertes rivalidades en los círculos del poder. Algunos de los líderes rebeldes son parientes de Deby o generales que estaban a su servicio y que se vieron desplazados por las luchas intestinas movidas por intereses políticos, económicos o rivalidades entre clanes.