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Ofensiva contra la izquierda abertzale

El Parlamento llega tarde a unas cosas, alguna olvida y por otras corre

El Parlamento de Gasteiz tenía previsto votar ayer una propuesta de Ezker Abertzalea demandando al Gobierno español que retirara las demandas de ilegalización de EHAK y ANV, pero para cuando el punto iba a ser tratado Baltasar Garzón ya había tomado la delantera dictando la suspensión de actividades de ambos partidos y el Supremo estaba también metido en faena.

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Iñaki IRIONDO

Ezker Abertzalea había presentado el texto el pasado 24 de enero, el mismo día en el que Nekane Erauskin señaló en la Junta de Portavoces la necesidad de hacer una declaración oficial de la Cámara en contra de la Ley de Partidos y las ilegalizaciones, que es lo que veía detrás de las actuaciones contra la izquierda abertzale y también de la condena contra Juan María Atutxa, Gorka Knörr y Kontxi Bilbao, miembros de la anterior Mesa de la Cámara. No hubo más respuesta que el silencio.

La solicitud se reiteró el pasado viernes, 1 de febrero, pero ante la oposición de PP y PSE no hubo ni declaración institucional ni tampoco de la Presidencia. El tripartito ofreció una comparecencia de los grupos contrarios a la ilegalización, pero Ezker Abertzalea buscaba un pronunciamiento oficial.

Una llamada

Ayer, poco después de conocerse que Garzón había suspendido las actividades de EHAK y antes de que se tratara el punto de las ilegalizaciones, la presidenta de la Cámara, Izaskun Bilbao, se puso en contacto con Nekane Erauskin. Podía pensarse que quería transmitirle algún mensaje de solidaridad o hacerle algún ofrecimiento ante lo que estaba ocurriendo. No. Le informaba de que se había preparado una declaración institucional para condenar el atentado contra los Juzgados de Bergara y le preguntaba si Ezker Abertzalea se opondría a su lectura.

La portavoz del grupo independentista aplazó su respuesta, porque iba llegar el momento de entrar en la Cámara a defender su propuesta contra las ilegalizaciones.

Un ejemplo para Turquía

En su intervención, Nekane Erauskin tuvo duras palabras hacia la estrategia represiva del Estado español. Señaló que «hubo un tiempo en el que el pionero en Europa en materia de conculcación de derechos políticos y civiles era Turquía. Ahora el Gobierno turco afirma que toma como ejemplo al Estado español en su lucha contra la disidencia política».

Pero Ezker Abertzalea también criticó a los componentes del tripartito, porque «aunque afirman que se oponen a la Ley de Partidos, a continuación nos dicen que no van a hacer nada para darle la vuelta a esta situación antidemocrática». Además, apuntó que estos partidos insisten en que la responsabilidad de la ilegalización es de la izquierda abertzale, lo que de facto da la razón a la Ley de Partidos.

Erauskin recordó que el Parlamento de Gasteiz ha tomado acuerdos «contra la Ley de Partidos, en defensa del derecho de manifestación y en contra del espionaje a nuestro grupo parlamentario. Y después de firmar a favor de todo eso, mandáis a la Ertzaintza a disolver manifestaciones, tomáis posesión de concejalías que no os corresponden democráticamente y la Presidencia de la Cámara no hace nada contra el espionaje».

Por otra parte, «se ve que lo que se aprueba en este parlamento no recibe más que el desprecio de Madrid», concluyó.

Ante esta situación, «y en señal de protesta», Nekane Erauskin anunció que Ezker Abertzalea retiraba la propuesta. Por una parte, «porque Madrid ya había tomado la decisión de ilegalizar los partidos». Y, por otra, porque «quienes están en contra de la Ley de Partidos y de las ilegalizaciones deben demostrarlo con hechos y no aprobando propuestas y siguiendo luego deslegitimando a la izquier- da abertzale».

Dicho esto, los nueve componentes de Ezker Abertzalea abandonaron el pleno.

A pesar de la retirada de la propuesta y como Ezker Abertzalea había hecho uso de su turno de palabra, la presidenta permitió una ronda para que cada grupo pudiera posicionarse. En el tripartito hubo alguna duda. Unai Ziarreta consultó con Joseba Egibar sobre si tomar la palabra, y éste le respondió: «Algo habrá que decirles».

Mientras el portavoz del PP aplaudía las ilegalizaciones y las suspensiones y criticaba el electoralismo del PSOE, el portavoz de este grupo, José Antonio Pastor, salía a defender a su gobierno, diciendo que en principio no iban a intervenir, pero llevando un discurso preparado.

Desde el tripartito se criticó la Ley de Partidos, la ilegalización y la actuación de los tribunales por impulso político, pero también a Ezker Abertzalea. Joseba Egibar dijo que evitar la votación era una estrategia de la izquierda abertzale, que en su guión no entraba que el resto de grupos se posicionara de nuevo firmemente contra las ilegalizaciones, que querían estar solos para criticar a los demás.

Junto a esto, el tripartito también denunció «la lectura parcial de la realidad» que hace Ezker Abertzalea al reivindicar unos derechos para sí, pero luego no denuncia cuando los conculca ETA. «En un debate como éste hay que hablar del conjunto», afirmó tajante Oskar Matute, portavoz de EB.

Declaración institucional

Gracias a que Ezker Abertzalea no se opuso a ello, al final de la sesión la presidenta pudo leer una declaración institucional de condena a ETA y de llamamiento a «mantener la unidad de los partidos democráticos». Pese a lo pontificado minutos antes por el tripartito, no hubo una lectura global de las conculcaciones de derechos y libertades, y el Parlamento no dijo nada de que, por ejemplo, se esté pidiendo el procesamiento de algunos de sus miembros.

Quizá no haya que extrañarse. Mientras para una cosas actúa al instante, todavía tampoco ha encontrado tiempo para pronunciarse sobre la condena del Supremo a la anterior Mesa.

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