El miedo a los exámenes puede llegar a provocar cuadros de ansiedad
A lo largo de estos días, en pleno periodo de exámenes, la mayoría de los estudiantes universitarios sufre estrés y temor ante un posible fracaso en las pruebas. En la mayoría de los casos sólo se registran pequeñas alteraciones del comportamiento, pero en algunos el estrés puede derivar en agudas crisis de ansiedad.
Asier VELEZ DE MENDIZABAL
Para el colectivo estudiantil, los meses de febrero, junio y setiembre son sinónimo de presión, estrés, miedo y angustia, ya que deben plasmar en un papel todo lo que han aprendido a lo largo del cuatrimestre. «Ante la cercanía de los exámenes, los alumnos sufren estrés e inquietud; es una alteración normal del cerebro ante el miedo a un posible fracaso de nuestras expectativas. Ahora, en el momento en el que el miedo supera al estudiante, es cuando pueden llegar a producirse ataques de ansiedad que se manifiestan con mareos, palpitaciones e incluso, en los casos más graves, pérdida de consciencia y ataques de histeria», explica la sicóloga de la Unidad de Atención Sanitaria de la Universidad Pública de Nafarroa.
Este departamento está compuesto por una médico, una enfermera, dos trabajadoras sociales y la propia sicóloga, que a lo largo del periodo académico oferta diversas actividades y talleres que se enmarcan dentro del programa «Universidad saludable», en los que se enseña a los alumnos diferentes métodos para hacer frente a los exámenes con más tranquilidad, así como diversas técnicas de estudio para poder rentabilizar mejor el tiempo. Pese a que en el curso pasado se llevó a cabo un taller de este tipo a falta de un mes escaso para que comenzaran las pruebas, en el actual han decidido realizarlos a comienzos de cada cuatrimestre; es decir, de octubre a diciembre, y desde febrero hasta abril.
En algunos casos, la presión propia de la época de los exámenes puede generar malestar físico, jaqueca, alteraciones del sueño y problemas relacionados con el aparato digestivo, como vómitos, malas digestiones o descomposición.
Para poder remediar este problema, la sicóloga navarra aboga por atajar el problema «desde dentro». «Generalmente, cualquier situación a la que tengamos miedo o incertidumbre nos genera un cierto estrés y un estado de ansiedad. Por eso, nosotras intentamos dar unas pautas a los alumnos para que intenten movilizar ese miedo, como puede ser realizar ejercicios de relajación o practicar ejercicio físico, ya que de ese modo se puede dar salida a ese ataque de emociones que los estudiantes sufren en las fechas de los exámenes», constata Aristu, al tiempo que recuerda que la ansiedad y el estrés no son más que «una hiperactivación de nuestro cuerpo». En ese sentido, señala que lo que hay que hacer en esos casos es «analizar de dónde viene, y darle salida».
La necesidad de dormir bien
A menudo, los alumnos que peor preparado llegan el examen optan por ingerir bebidas excitantes para no dormir y poder aguantar toda la noche estudiando. Aristu alerta de lo negativo de esta práctica, ya que recuerda que «para poder procesar lo que hemos estudiado el día anterior y realizar el examen con la mente despejada es fundamental haber dormido las horas necesarias. Algunos estudiantes creen que el tiempo que gastamos durmiendo es un tiempo perdido para estudiar, pero no es así. Hay que tener muy en cuenta que para poder rendir al día siguiente, nuestro cuerpo necesita estar fresco y descansado».
Además, advierte que las citadas bebidas no hacen si no aumentar la hiperactividad y alterar todavía más a la persona, por lo que generan que se esté más estresado y nervioso. «Si tomamos bebidas con un alto grado de cafeína, como cafés, Coca-Colas o Red Bulls, en vez de estar más despejados y despiertos para estudiar, precisamente tendrán el efecto contrario al deseado; es decir, ayudarán a aumentar el nerviosismo generando un círculo vicioso que no hace si no empeorar la situación», alerta, al tiempo que recomienda «hacer algo de ejercicio físico» para combatir el estrés.
Pese a que asegura que cada día es «más habitual» y se ve con más naturalidad el hecho de que los alumnos acudan a su consulta, la sicóloga de la UPNA, Marta Aristu, advierte que, por lo general, «los estudiantes suelen demandar ayuda sicológica cuando ya se encuentran muy agobiados y a punto de reventar por los exámenes».
«Muchos de los estudiantes que acuden a mi consulta me comentan que venían un poco desconcertados porque no sabían muy bien de que va todo esto, pero al final salen muy gratamente sorprendidos. Es más, algunos me dicen que todos deberíamos acudir al sicólogo», explica Aristu, quien en ese sentido sugiere que «el servicio de atención sicológica debería ser más parecido al del médico de cabecera que al de un especialista a quien la gente acude cuando ya está al límite y a punto de reventar».